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Los Originales




"Adán y Eva, Caín y Abel", por Lorenzo De Ferrari. 


En esta entrada vamos a ver un tema fundamental para entender cómo se configuran los grados masónicos: los Originales. El elemento central en torno al cual se construye cada grado masónico suele ser un relato mítico o una leyenda donde se plasma el contenido del grado. La mayor parte de las veces este relato está extraído de la Biblia, o es readaptado a partir de la misma. Los hermanos que gestaron los rituales en Gran Bretaña eran protestantes, o miembros de una Iglesia Anglicana que cada vez se impregnaba más del protestantismo, lo que significaba que desde niños estaban acostumbrados a leer la Biblia y estaban mucho más familiarizados con el Antiguo Testamento que lo que es habitual entre los católicos romanos. Por ello, los temas elegidos para construir los grados masónicos no iban a ser elegidos según el libre albedrío de sus redactores, sino que iban a seguir los usos catequéticos de la Reforma inglesa. Los catecismos protestantes empleaban como medio de estudio una serie de ternas que resultarán familiares a cualquier masón, y que en lengua inglesa se denominan Originales:

Adán, Caín y Abel 
Set, Lamech y Tubal 
Noé, Sem y Jafet 
Abraham, Isaac y Jacob 
Moisés, Oholiab y Besalel 
Salomón, Hiram Rey de Tiro e Hiram Abiff 
Josías, Hilcías y Safán 
Zorobabel, Ageo y Josué 
José, María y Jesús 
Pedro, Santiago y Juan 
Pilatos, Caifás y Cristo 



Donde mejor se nota esta sucesión de los Originales es en el Arco Real. El sistema del Arco Real estaba concebido originalmente como un ritual autónomo de Masonería, una ceremonia que debía representar todos los Originales, desde Adán hasta Zorobabel. Pero por suerte o por desgracia, la historia del Arco Real es en realidad la historia de cómo este extenso ritual ha ido resumiéndose y abreviándose. El Arco Real originalmente representaba la totalidad de la Historia Sagrada desde el Original de Adán, Caín y Abel, pasando por la leyenda de Enoc, hasta el Original formado Zorobabel, Ageo y Josué. Pero en Irlanda, muy probablemente por economía ritual, alguien tuvo una idea que para cualquier conocedor del Antiguo Testamento resultaba obvia: ¿por qué comenzamos el ritual con Adán cuando podemos abreviar comenzando por ese gran punto y aparte de la historia bíblica que es el Diluvio Universal? De este modo empezó a desecharse la parte anterior al Diluvio y se comenzó a trabajar a partir del Original de Noé, Sem y Jafet. Esto explica por qué en la Masonería irlandesa y estadounidense no queda rastro de la leyenda enoquita, mientras que la noaquita y el Arco Iris cobran gran protagonismo. Hoy en día, en Irlanda y Estados Unidos, la figura de Noé no solo forma parte del ritual del Arco Real, sino que en los brindis por las Tres Grandes Logias Originales, los norteamericanos los siguen haciendo por las Tres Arcas Originales. Por el contrario, en el Arco Real inglés se ignora la figura de Noé, mientras sí se presta atención a la de Besalel.

Estos Originales pueden considerarse en propiedad como los módulos de construcción del ritual masónico. Si vamos repasando los Originales uno por uno nos encontramos con lo siguiente:

La terna formada por Salomón, Hiram Rey de Tiro e Hiram Abiff es la que articula el grado de Maestro Masón, así como otros grados que continúan dicha leyenda, como es el caso de 5º Maestro Secreto o 6º Secretario Íntimo.

Noé, Sem y Jafet protagonizan el grado de Nautas del Arca Real e igualmente el grado 21º Patriarca Noaquita, del R.E.A.A.

Josías, Hilcías y Safán son la terna protagonista del Arco Real irlandés. Es muy llamativo el Arco Real irlandés porque, mientras que en todo el mundo se trabaja con Zorobabel, Ageo y Josué y la reconstrucción del Segundo Templo, en Irlanda se trabaja con Josías, Hilcías y Safán y la reparación del Primer Templo.

La Ceremonia de los Velos, que no se practica en España ni en Inglaterra pero sí en Irlanda, Escocia y Estados Unidos, es una síntesis dramatizada de los Originales que se extienden desde el Tabernáculo del desierto (Moisés, Oholiab y Besalel) al Segundo Templo (Zorobabel, Ageo y Josué); aunque si prestamos atención a los rituales estadounidenses, apreciaremos que posiblemente se remontaban hasta el Original del Arca de Noé (Noé, Sem y Jafet). Es muy curioso que, en los brindis preceptivos que se realizan por las Tres Grandes Logias Originales en todo ágape del Arco Real, los norteamericanos brinden todavía por las Tres Arcas Originales. 

La totalidad de Originales, desde Adán, Caín y Abel hasta Salomón, Hiram Rey de Tiro e Hiram Abiff, se van sucediendo en el Arco Real escocés original, o grado 13º Real Arco de Enoc, del Rito Escocés Antiguo y Aceptado. Seguramente este grado constituya el rastro histórico más antiguo de lo que fue la catedral simbólica más monumental de toda la Masonería.


Zorobabel, Ageo y Josué


Después del Original formado por Salomón, Hiram Rey de Tiro e Hiram Abiff, el más importante es sin duda el de Zorobabel, Ageo y Josué. Esta terna es la que articula el Arco Real inglés, el grado de Maestro Escocés, y los grados 15º Caballero de Oriente y 16º Príncipe de Jerusalén, del Rito Escocés Antiguo y Aceptado. La reconstrucción del Segundo Templo va a ser la leyenda bíblica que se emplee en la Masonería para plasmar ritualmente el descubrimiento del Sagrado Nombre y con ello la culminación de la Masonería (con la excepción de Irlanda, donde se emplea el Original formado por Josías, Hicías y Safán).


Detalle de "La Transfiguración", de Rafael Sanzio. Pedro, Santiago y Juan aparecen en el suelo.


Si nos fijamos hay tres Originales que provienen del Nuevo Testamento:

José, María y Jesús
Pedro, Santiago y Juan 
Pilatos, Caifás y Cristo


Es muy raro que aparezcan en el ritual masónico referencias a la Sagrada Familia (tan solo alguna en el ritual de la Real Orden de Escocia), del mismo modo que no hay referencias a Caifás y, rebuscando mucho, alguna mención a Pilatos. Sin embargo, el Original formado por Pedro, Santiago y Juan sí tiene un protagonismo muy marcado en nuestros usos masónicos actuales, dado que es con estos personajes con quienes se crea el Toque masónico, el cual procede del ritual de la Palabra de Masón practicado por masones calvinistas.

Hasta la aparición del calvinismo con John Knox a finales del siglo XVI, los masones habían trabajado con un ritual de corte católico romano primero, y católico anglicano después, denominado "Rito de los Antiguos Deberes". Pero con la aparición del calvinismo los masones calvinistas consideraron que había usos de los Antiguos Deberes que entraban en conflicto con las prescripciones calvinistas (juramentos sobre la Biblia y no sobre el documento de Antiguos Deberes, rechazo de los grandes templos, prohibición de realizar representaciones gráficas, etc.), por lo que se creó un nuevo ritual denominado la Palabra de Masón, con toda probabilidad creado por masones presbiterianos de la Logia de Kilwinning, transmitiéndolo después a otras logias como Perth o Canongate una vez que los segundos Estatutos Schaw de 1599 le autorizaron a federar otras logias en calidad de Segunda Logia de Escocia. El núcleo del Rito de la Palabra de Masón consistía inicialmente en la transmisión de un Toque y de dos palabras de reconocimiento, que son los de las columnas Jakin y Boaz. El empleo de estos elementos como modo de reconocimiento tiene su origen en Gálatas 2, 9, donde se reconoce a Pablo la Gracia pese a no haber conocido personalmente a Jesús:
(…) y reconociendo la gracia que me había sido dada, Santiago, Pedro y Juan, que eran considerados como columnas, nos dieron a mí y a Bernabé la diestra en señal de compañerismo, para que nosotros fuésemos a los gentiles, y ellos a la circuncisión. 
Como decimos, este elemento ritual adquiere sentido teniendo en cuenta la Reforma de John Knox (1514 – 1572) y la implantación del calvinismo en Escocia. La Iglesia Anglicana, pese a su carácter filoprotestante, sí había contado con obispos en sus filas en el momento de separarse de Roma, por lo que la transmisión de la gracia y el orden sacerdotal quedaba garantizada. Sin embargo los calvinistas se encontraban con el problema de que no contaban con obispos; de hecho, no es que no hubiese habido ningún obispo católico escocés que se adhiriese a la reforma de John Knox, sino que la propia estructura de la incipiente Iglesia de Escocia (denominada The Kirke) rechazaba la estructura episcopal en aras de un gobierno de presbíteros elegidos por la comunidad, el cual se estructuraría en presbiterios y sínodos, y únicamente reconocía dos sacramentos: el Bautismo y la Santa Cena. Por ellos los calvinistas tenían sumo interés por demostrar que la gracia no precisaba de la continuidad del Orden Sacerdotal, y el mejor ejemplo posible para demostrar esto era Pablo de Tarso, apóstol a quien, pese a no haber visto y escuchado personalmente a Jesús, la gracia le había sido dada. Esto significaba que, al igual que Pablo no hubo de recibir la gracia de manera directa, tampoco los reformadores (Lutero, Calvino, Knox, etc.) necesitaban de la Iglesia Católica, que se dice heredera de los Apóstoles. En lengua hebrea la mano derecha (yamin), significa la verdad (‘amin), y el hecho de dar la mano derecha significaba que se manifestaba la verdad (y por consiguiente, se estaba en comunión). Tal es, muy probablemente, el origen del Toque masónico, gestado en el seno del Original formado por Pedro, Santiago y Juan. 

Federico de Prusia y la Asamblea fundacional del R.E.A.A. en 1786


Federico II de Prusia (24 de enero de 1712 - 17 de agosto de 1786)


Thomas de Quincey
Me va a permitir el lector que comience con una anécdota. Cuando era adolescente descubrí entre los libros de mi padre una obra del humorista británico Thomas de Quincey. Este libro sin par se titulaba "El asesinato considerado como una de las bellas artes". En él había un capítulo magistral titulado "De las serpientes en Islandia". Cuando uno abría el capítulo intentando descubrir qué había que contar acerca de tan curioso tema, descubría que todo el capítulo se zanjaba con una sola frase:


En Islandia no hay serpientes.


Y pasaba sin más al siguiente capítulo.

Algo parecido sucede con el tema de Federico de Prusia y la supuesta reunión fundacional del Rito Escocés Antiguo y Aceptado supuestamente celebrada el 1 de mayo de 1786, en el transcurso de la cual Federico II habría firmado las Grandes Constituciones. Podríamos zanjar esta entrada del blog diciendo lisa y llanamente "La presunta reunión fundacional del R.E.A.A. en 1786 jamás tuvo lugar, ni con Federico de Prusia ni sin él". Pero parece que no sería muy considerado para con el resto de hermanos hacerlo así, de modo que vamos a extendernos un poco más sobre el tema.

Todavía son muchos los hermanos que creen que dicha asamblea tuvo lugar. Unos admiten que Federico II no se hallaba presente, pero que sí tuvo lugar. En realidad, no solo Federico II no estaba presente, sino que no existe la más mínima prueba documental de que dicha asamblea fundacional. Las referencias existentes comienzan a aparecer 16 años después.



Federico II fue iniciado en la Masonería simbólica en 1738, siendo todavía Príncipe heredero, pero dejó de participar activamente en 1744. No obstante, permitió que su nombre fuese utilizado a título de Patrón o Protector de la Masonería en Prusia. De hecho, en las cartas patentes firmadas por él el 16 de julio de 1774 y contrafirmadas por el conde Finkenstein von Herzberg, autorizaba expresamente la Masonería en sus estados y le concedía formalmente su protección. 



Iniciación del gran Duque Federico de Brandenburg-Bayreuth en 1741
bajo la dirección del rey Federico de Prusia



Sin embargo, es bien sabido que en mayo de 1786 Federico se encontraba ya en fase terminal de su enfermedad. La baronesa de Oberkirch citaba de este modo la muerte del monarca: 
«El rey de Prusia, Federico II, ha fallecido el 17 de agosto de 1786. A pesar de la dolorosa enfermedad que le aquejaba, gobernó hasta el final con la misma seguridad de criterio y la misma aplicación. Leía personalmente de todos los ministros en el extranjero y, cada mañana, de cuatro a siete, dictaba sus respuestas y su correspondencia».
No obstante no hace falta recurrir a la enfermedad de Federico para demostrar su ausencia en la presunta (en realidad inexistente) Asamblea. Un rey es un personaje especialmente bien documentado, y y según la abundante documentación conservada la última vez que estuvo en Berlín fue el 10 de septiembre de 1785.



Prusia en 1795



De modo que sabemos que Federico de Prusia nunca hubiese podido estar en Berlín en la supuesta Asamblea, en el caso de que esta hubiese tenido lugar.

Pero analicemos otra serie de hechos:

- No existe ni el más mínimo indicio documental de dicha asamblea. No existe convocatoria, ni actas de ningún tipo, ni ningún documento que acredite la celebración de dicha Asamblea.

- No existen referencias indirectas de ningún tipo. Nadie de las personas que teóricamente hubiese debido asistir a un evento dejó jamás constancia de esa tenida. Ninguna logia la menciona, ni siquiera de pasada. Un acontecimiento llamado a marcar la historia de la Masonería parece que pasó absolutamente ignorado por toda la comunidad masónica.

- Si nos fijamos en el ritual manuscrito del grado 33º de 1805, este atribuye su creación a Federico II «de acuerdo con nuestro hermano su Alteza Real Luis de Borbón, príncipe de sangre de Francia…». Ahora bien, ¿a quién se podrían estar refiriendo en 1786? Louis de Bourbon-Condé, conde de Clermont y anterior Gran Maestro, había fallecido en 1771.

- El artículo 5 del mismo ritual dispone que haya dos Consejos para «los estados y provincias de América del Norte». Canadá y las Antillas, por poner un ejemplo, era provincias de la corona inglesa; pero el texto habla de estados, que son necesariamente las colonias independizadas. ¿Ahora bien, en 1786 se habría concedido tanta importancia a América? La ratificación del Tratado de París tuvo lugar en 1784. ¿Hubiese sido concebible que solo dos años después ya hubiese dos Consejos en las colonias independizadas?

- En 1802, a la llegada del R.E.A.A. desde Charleston a Francia, el grado de Príncipe del Real Secreto ocupaba, él solo, los grados 30º, 31º y 32º. En 1804 el grado de Gran Escocés de San Andrés fue introducido como grado 28º, empujando el grado de Caballero del Sol al 29º y el Caballero Kadosh al 30º.

- El grado 27º Caballero Comendador del Templo solo existía en el R.E.A.A. de manera nominal hasta la visita de Cambacères a Carcasonne en 1807, momento en que sí adquirió protagonismo.

- El desplazamiento del grado 19º Gran Pontífice al Areópago tuvo lugar en 1804. Inicialmente los grados 17º Caballero de Oriente y Occidente y 19º Gran Pontífice eran correlativos (ambos versan sobre el Apocalipsis), y entre ambos se introdujo el 18º Príncipe Rosacruz. Los hermanos franceses querían seguir practicando este grado, por lo que el 19º fue desplazado al Areópago.

En resumidas cuentas, que no hay la más mínima prueba que avale la existencia de una Asamblea fundacional del R.E.A.A. en 1786, a la vez que esta hipótesis además plantea numerosos problemas que exigirían soluciones inverosímiles.



Reverendo Frederick Dalcho


¿Cómo surgió la leyenda de la Asamblea de 1786 con Federico de Prusia?


La primera referencia que existe a la Asamblea fundacional del R.E.A.A. data de 1802. A partir de ahí se podrá encontrar todas las referencias que se quieran, pero no hay nada anterior a 1802.

Tras la fundación del Supremo Consejo, el primer Gran Comendador, John Mitchell, convocó a su Supremo Consejo el 10 de octubre de 1802 con el fin de dirigir una circular a los masones de ambos hemisferios. Su objetivo, según el Teniente Gran Comendador, Frederick Dalcho, consistía en «explicar el origen y la naturaleza de los grados sublimes de la Masonería y su institución en Carolina del Sur». Para no pocos autores, este es el acto fundacional del Rito Escocés Antiguo y Aceptado.

Granaderos prusianos de Federico II

¿Cómo se introdujo la idea de la Asamblea presidida por Federico de Prusia? La primera referencia a una supuesta sanción de las Constituciones del R.E.A.A. por parte de Federico II de Prusia aparece en el discurso de Dalcho pronunciado en Charleston el 8 de diciembre de 1802. Y no es casualidad que fuese en su boca donde apareciese esta idea. Dalcho, el Teniente Gran Comendador, era de origen prusiano: aunque Dalcho nació en Holborn (Londres), su padre, John Frederick Dalcho, sirvió como oficial para Federico de Prusia en la Guerra de los Siete Años. No solo eso, sino que allí conoció a su mujer, la madre de Frederick Dalcho, la prusiana Euphemie Wiesenthal. Dalcho era bilingüe en inglés y alemán, y con toda probabilidad en su hogar, en Holborn, la lengua familiar era el alemán. Es muy llamativo que esta supuesta Asamblea ni siquiera aparezca incluida en la celebérrima Circular a los Dos Hemisferios, sino que fue Dalcho, en un discurso pronunciado el 8 de diciembre de 1802, cuando lo mencionaba por primera vez.

Con toda probabilidad, al introducir a Prusia y a Federico II en los orígenes del Rito Escocés Antiguo y Aceptado. Frederick Dalcho estaba rindiendo un homenaje a sus padres, a su infancia y a sus orígenes. Eso, aparte de lo hermosa que es una historia que sitúa a todo un rey de Prusia bendiciendo el Rito Escocés Antiguo y Aceptado.