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Dios y la religión en Antiguos y Modernos



Vamos a abordar en esta entrada del blog el concepto de Dios y la religión tal y como lo entendían los Antiguos y los Modernos. La idea de Dios y la religión en estas dos obediencias definirá su razón de ser masónica, y por ello entender cómo planteaban estos dos conceptos fundamentales es la mejor  forma de aproximarnos al alma de estas dos Grandes Logias emblemáticas.

Antes de entrar en los textos que comentaremos, creo conveniente mencionar que, durante los 1720s, la masonería de los Modernos estaba ya sumida en lo que Patrick Négrier ha llamado "ontologización", lo que quiere decir que se estaba pasando del concepto de Dios judeocristiano a la figura, más ecuménica, del Gran Arquitecto del Universo. Dentro de este proceso de ontologización sucedieron, entre otros hechos:
- Se habían eliminado la referencias al Nuevo Testamento, sustituyéndolas por referencias al Antiguo Testamento, de contenido más sencillo y universal.
- Se había introducido la tríada "Sabiduría, Fuerza y Belleza", con el fin de sustituir a la Santísima Trinidad y ofrecer una triada a medio camino entre las religiones trinitarias y el deísmo.
- Se había introducido la letra G, la cual podía entenderse como God (Dios) o Geometría.
- Se había introducido la referencia al Valle de Josafat y a la Tierra Sagrada para justificar la tolerancia religiosa.
- Se habían eliminado las referencias noaquitas, pues en el protestantismo se percibía a Noé como un precursor de Cristo.
- Se había introducido la leyenda de Hiram Abiff, que si bien en lo formal era muy compleja, en lo sustancial era básica y adaptable a cualquier contexto religioso.

Es decir, los Modernos estaban convirtiendo la masonería en algo mucho más ecuménico y abierto, en un entorno en el que hombres de distintos credos podrían trabajar juntos espiritualmente con un ritual que podía ser empleado por todos (lo que realmente ha sido la principal aportación de los Modernos a la masonería).



Para ver cómo se plantea y evoluciona el concepto de Dios y la religión tanto en Masonería Moderna como Antigua, nos vamos a centrar en los siguientes textos:

1) Los epígrafes "Acerca de Dios y la religión" que aparecen en las Constituciones tanto de los Modernos (Constituciones de Anderson de 1723 y 1738) como de los Antiguos (Ahiman Rezon,1756).

2) Los siguientes relatos bíblicos:
  • El Valle de Josafat, que aparece en el semanario Post Boy (1723), Manuscrito Wilkinson (1727), Masonry Dissected (1730). Su existencia en los textos masónicos se prolonga, al menos, hasta 1781 en Recueil précieux de la Maçonnerie adonhiramite
  • La Tierra Sagrada que aparece en el manuscrito Wilkinson (1727) y en Masonry Dissected (1730).
  • La leyenda de Jefté, que en masonería encontramos en Le Maçon Démasqué (1751), Three Distinct Knocks (1760) y permanece en el Ritual de Emulación.
  • La leyenda de Josué, que en lmasonería encontramos en en Three Distinct Knocks (1760) y en el Ritual de Emulación.


LAS CONSTITUCIONES DE ANDERSON



En las Constituciones de Anderson, en el epígrafe "Acerca de Dios y la religión" podemos leer:

Texto de 1723

El Masón está obligado, por vocación, a practicar la moral y si comprende sus deberes, nunca se convertirá en un estúpido ateo, ni en un hombre inmoral. Aún cuando en los tiempos antiguos los masones estaban obligados a practicar la religión que se observaba en los países donde habitaban, hoy se ha creído más oportuno, no imponerle otra religión que aquella en que todos los hombres están de acuerdo, y dejarles completa libertad respecto a sus opiniones personales. Esta religión consiste en ser hombres buenos y leales, es decir, hombres de honor y de probidad, cualquiera que sea la diferencia de sus nombres o de sus convicciones. De este modo la Masonería se convertirá en un centro de unidad y es el medio de establecer relaciones amistosas entre gentes que, fuera de ella, hubieran permanecido separados entre sí.

Como hemos comentado en la entrada titulada Antiguos y Modernos. La Unión Masónica de 1813, el lector poco avezado pensará que el anterior texto defiende la creencia religiosa, pero en realidad lo que está haciendo es desmantelar la Iniciación. Los Modernos no estaban interesados realmente en la Iniciación como fenómeno místico (de ahí su rechazo al Arco Real), y en lo referente a la religión participaban del espíritu latitudinario londinense (latitudinario podría definirse como "de manga ancha", una concepción de la religión en la que esta quedaba en cierto segundo plano y era abordada con frialdad). Este espíritu latitudinario había quedado plasmado en la obra de John Toland Cristianismo sin misterios, publicada en 1696, la cual replantea la religión y realza el deísmo (según el cual Dios era como una especie de relojero que creaba el mundo y sus leyes, pero luego se desentendía de lo que sucedía, negando de este modo cualquier tipo de Providencia)

Respecto a la afirmación "nunca se convertirá en un estúpido ateo", el mejor análisis que se ha escrito  al respecto es el redactado por Patrick Négrier como (inmisericorde) respuesta a Roger Dachez, traducido al español por Olga Vallejo Rueda en su blog The Magisterium. El texto traducido puede leerse aquí:




En 1738 la Gran Logia de Londres y Westminster se transformó e la Gran Logia Unida de Inglaterra, momento en que se reelaboró el epígrafe "Acerca de Dios y la religión". Quizá, en cierto modo, este momento se concibió como una pequeña refundación, pues el anterior texto fue modificado, quedando del siguiente modo:

Texto de 1738. 

Un masón está obligado por su título obedecer a la ley moral en tanto que verdadero noaquita y si comprende bien la profesión, él no será nunca un estúpido ateo, ni un libertino irreligioso ni actuará en contra de su conciencia. En los tiempos antiguos, los masones cristianos eran llamados a actuar de acuerdo con las costumbres cristianas de cada país donde ellos viajaban. Pero la masonería existente en todas las naciones, aun de religiones diversas, lleva a que los masones adhieran a la religión según la cual todos los hombres están de acuerdo (dejando a cada hermano sus propias opiniones), es decir, ser hombres de bien y leales, hombres de honor y de probidad, cualquiera sean los nombres, religiones o confesiones que ayuden a distinguirlos: pues todos se articulan sobre los tres artículos de Noé suficientes para preservar el fundamento de la Logia. De este modo la Masonería es el centro de la unión y el feliz medio de unir a las personas, quienes, de otro modo, habrían permanecido perpetuamente desconocidas entre sí.

Vale la pena que nos fijemos en las modificaciones que se introdujeron en la versión de 1738, porque son muy ilustrativas:



Expresado de manera coloquial, la impresión que da es que, en 1723, Anderson, Desaguliers y compañía habían ido demasiado lejos para ese momento y lugar, y que desde entonces empezó a operar una fuerza antagonista que intentó llevar la masonería a una configuración más religiosa. A falta de más información no podemos saber si esa fuerza antagonista fue la de los masones Antiguos o si fue algo que comenzó a operar dentro de los propios Modernos. Personalmente, y aunque no tengo nada con lo que sustentar mi suposición, creo más probable que esta fuerza antagonista surgiese dentro del propio ámbito de los Modernos. Me cuesta creer que, en 1738, a los Modernos les importase la opinión de los masones antiguos, a los que miraban con desdén debido a la diferencia de clase social y religión (los antiguos eran en su mayoría inmigrantes irlandeses, de escasa formación intelectual y religión católica, lo que les convertía en perfectos ciudadanos de tercera clase.)

Al sustituir "un hombre inmoral" por "un libertino irreligioso" están provocando que moralidad y religión vayan de la mano, idea cuya primera derivada es que aquel que no profesa una religión difícilmente puede ser salvo. No obstante, el masonólogo Patrick Négrier sostiene que en la Inglaterra del siglo XVIII "libertino" era sinónimo de "deísta". De ser así, esta sería una primera condena al deísmo, únicamente 15 años después de la redacción de las primeras Constituciones.

En la tercera frase, la sustitución de "masones" por "masones cristianos" es muy llamativa porque introduce un elemento absolutamente restrictivo, totalmente opuesto a la tendencia ecuménica y de ontologización que los Modernos habían mantenido durante 30 años. 

La frase "ni actuará en contra de su conciencia" es también significativa porque refleja una tendencia que ya había despuntado en Wilkinson. En 1727 Wilkinson exponía: «¿Cómo os habéis convertido en masón? -  Por mi propio deseo y la recomendación de un amigo». En 1730 el ritual de la Gran Logia de Londres completaba esta referencia a la propia voluntad por una referencia implícita al Espíritu: «¿Qué venís a hacer aquí? – Yo no vengo a hacer mi propia voluntad sino a someter mi pasión». La frase "ni actuará en contra de su conciencia" se inscribe dentro de este aumento del protagonismo de la conciencia.

La definición del masón como "noaquita" es también muy llamativa porque recupera un elemento que anteriormente se deseaba eliminar, y además esta palabra sigue siendo un término vivo en inglés actual. En inglés actual un noaquita es lo que en español coloquial describiríamos como "un talibán". Pero bien pudiera ser que se refiriesen exclusivamente a una persona que sigue las leyes de Noé, dado que se citan las "tres leyes de Noé". No debemos tampoco olvidar que, en el contexto protestante, se veía a Noé como un precursor de Cristo, por lo que ambas figuras iban, hasta cierto punto, unidas.



Lo que resulta chocante es que el texto de 1738 hable de "las tres leyes de Noé", porque las leyes de Noé no son tres sino siete: No matar / No robar / No idolatrar falsos dioses / No ser sexualmente inmoral / No comer un miembro arrancado de un animal vivo / No maldecir a Dios / Establecer tribunales y llevar a los infractores ante la justicia. El investigador John Selden considera que estas "tres leyes noaquitas" son las tres leyes fundamentales en las que San Ambrosio concentra las siete leyes noaquitas: honrar al Creador, vivir de forma ordenada, y dar a conocer a Dios por medio de la enseñanza y el ejemplo. Podéis encontrar más información al respecto (en inglés) aquí.


AHIMAN REZON



Veamos ahora cómo configuraron el apartado "Acerca de Dios y la religión" los Antiguos, en su texto fundacional Ahiman Rezon (o como dice en su interior, las Constituciones Irlandesas y Yorquinas):
El masón obrará siempre como un verdadero noaquita. (…) El Masón está obligado por su juramento a profesar adoración al Dios eterno y a creer firmemente en los sagrados Registros que los Dignatarios y Padres de la Iglesia han recopilado y publicado para uso de todos los buenos hombres. Por lo que nadie que comprenda correctamente el Arte podrá extraviarse por los senderos irreligiosos del infeliz libertino, ni se dejará inducir a seguir a los arrogantes profesores del ateísmo o el deísmo, ni se manchará con los graves errores de la superstición ciega; sino que tendrá la libertad de abrazar la fe que él considere conveniente, siempre que en todo momento rinda la debida reverencia a su Creador, y en los asuntos mundanos trate con honor y honestidad, respetando el precepto de oro de obrar según la Regla, lo que implica hacer al prójimo lo que desearía que le hiciesen a él mismo, y en la Logia no entrar en disputas vanas e innecesarias respecto a las diferentes opiniones y credos de los hombres, admitiendo en la Fraternidad a todos aquellos que sean buenos y leales.
Los Antiguos mantuvieron con gusto la definición de masón como "verdadero noaquita", pues la Iniciación como fenómeno místico exige la fe como una necesidad existencial y no como un mero ejercicio intelectual. En lo referente al ateísmo no lo matizan con sutilezas, del mismo modo que condenan nítidamente el deísmo, al que no consideraban una alternativa válida para el masón, por la necesidad de una fe ardiente para afrontar la Iniciación como fenómeno místico. Más aún, al hablar de "los arrogantes profesores del ateísmo o el deísmo" tiñe a ateísmo y el deísmo de soberbia. Sin embargo, tras un texto enormemente restrictivo, abre la mano para afirmar que el masón "tendrá la libertad de abrazar la fe que él considere conveniente".

La referencia a "los sagrados Registros que los Dignatarios y Padres de la Iglesia" tiene una fuerte impronta católico romana, pues es algo que difícilmente hubiese escrito un protestante o un anglicano. La principal diferencia entre las fuentes de doctrina romanas y anglicanas es que en el caso anglicano son la Biblia, la Tradición y la Razón, mientras que para la Iglesia Romana lo son la Biblia, la Tradición y el Magisterio de la Iglesia.






LA TIERRA SAGRADA Y EL VALLE DE JOSAFAT

En el discurso religioso protestante, las distintas posturas filosóficas, religiosas e incluso políticas debían argumentarse bíblicamente. Por ello, para defender un contexto tolerante donde pudiesen coexistir distintos credos era también necesario encontrar los correspondientes pasajes bíblicos, y encontraron dos elementos que servían a su propósito: 
  • El Valle de Josafat, que en la Biblia aparece en 1 Reyes 15, 24; 22, 1-51 y Joel 3, 12, y en masonería lo encontramos en el semanario Post Boy (1723), Manuscrito Wilkinson (1727), Masonry Dissected (1730). Su existencia en los textos masónicos se prolonga, al menos, hasta 1781 en Recueil précieux de la Maçonnerie adonhiramite.
  • La Tierra Sagrada que en la Biblia aparece en Éxodo 3, 5-14, y en masonería encontramos en el manuscrito Wilkinson (1727) y en Masonry Dissected (1730).
En Wilkinson (1727) se aúnan ambos elementos, haciéndolos ir de la mano. El texto reza:
P. - ¿Cómo se sitúa vuestra logia?
R. - Debidamente de Oriente a Occidente, como todos los lugares sagrados están o deberían estar.
P. - ¿Dónde está erigida?
R. - Sobre Tierra Sagrada, en el Valle de Josafat o en alguna otra parte.
En 1 Reyes 22, 41 y 43 podemos leer:
Josafat hijo de Asa comenzó a reinar sobre Judá en el cuarto año de Acab rey de Israel. Y anduvo en todo el camino de Asa su padre, sin desviarse de él, haciendo lo recto ante los ojos de Jehová. Con todo eso, los lugares altos no fueron quitados; porque el pueblo sacrificaba aún, y quemaba incienso en ellos.

Y en 2 Crónicas 20, 31:

Con todo eso, los lugares altos no fueron quitados; pues el pueblo aún no había enderezado su corazón al Dios de sus padres.
Es decir, a pesar de que se mantuvo fiel al culto oficial (a Jehová), permitió que los paganos siguiesen realizando ofrendas a los demás dioses. De este modo podían justificar que, junto a un credo oficial (el anglicano) coexistiesen otros cultos (cuáqueros, calvinistas, etc. Pero ojo, no católicos ni unitaristas, creencias que estaban perseguidas, los primeros por malos súbditos y los segundos por herejes). 

La Tierra Sagrada, tal y como aparece en Éxodo, refuerza el carácter ecuménico del Valle de Josafat, por su defensa de la libertad religiosa. En Éxodo 3, 7 - 9 podemos leer:
Dijo luego Jehová: Bien he visto la aflicción de mi pueblo que está en Egipto, y he oído su clamor a causa de sus exactores; pues he conocido sus angustias, y he descendido para librarlos de mano de los egipcios, y sacarlos de aquella tierra a una tierra buena y ancha, a tierra que fluye leche y miel, a los lugares del cananeo, del heteo, del amorreo, del ferezeo, del heveo y del jebuseo. El clamor, pues, de los hijos de Israel ha venido delante de mí, y también he visto la opresión con que los egipcios los oprimen.
En resumidas cuentas, estas alusiones al Valle de Josafat y a la Tierra Sagrada que aparecen tanto en Wilkinson como en Masonry Dissected eran el argumento bíblico que los Modernos emplearon para defender la tolerancia religiosa. El hecho de que aparezca en Recueil précieux de la Maçonnerie adonhiramite (1781) creo que se debe a que los masones franceses lo mantuvieron aun sin saber qué significaba, sencillamente porque aparecía en el ritual de Rito Moderno.


Jefté se enfrenta a los amonitas


LAS LEYENDAS DE JEFTÉ Y JOSUÉ

He de reconocer que la presencia de las leyendas de Jefté y Josué en el grado de Compañero me produce cierta duda. Si tenemos en cuenta que el simbolismo del Segundo Grado va de la mano del simbolismo de La Marca, y que en ambos grados el salario tiene una connotación negativa muy fuerte, pues implica sufrimiento (salario en metales, que se recibe "sin escrúpulo ni retraimiento"), bien podría deducirse que la presencia de estas dos leyendas hacen referencia a la lucha y sufrimiento interior que implica la evolución espiritual. Sin embargo, si las ponemos frente al Valle de Josafat y a la Tierra Sagrada, nos encontramos con una apología enormemente agresiva del culto al Dios verdadero por oposición al de cualquier otro dios, como si sus autores quisieran demostrar que es preciso ser un fervoroso creyente para poder ser masón.

La leyenda de Jefté aparece por primera vez en Le maçon demasqué (1751), y posteriormente, junto a la leyenda de Josué, en Three Distinct Knocks (1760).

Personalmente tiendo a pensar, de manera refleja, que esta leyenda proviene del entorno Antiguo, como sucede con la leyenda de Josué, que es semejante. Sin embargo, es muy llamativo que aparezca por primera vez en una divulgación en lengua francesa impresa en Londres en 1751 (Le maçon demasqué), porque ello apunta a un origen Moderno (¿quizá de alguna "logia tradicionalista", de las que trabajaban con el Ritual Antiguo?) Three Distinct Knocks, sin embargo, es la divulgación Antigua por excelencia, y ahí aparecen ambas leyendas, Jefté y Josué.

En Jueces 12, 4-6, se narra lo acontecido cuando los efraimitas derrotados intentaban cruzar el río Jordán, pues entonces se encontraron a las tropas galaaditas de Jefté vigilando los vados. Para identificar a los efraimitas, los galaaditas ponían a cada viajero una prueba simple:
4 Y los galaaditas tomaron los vados del río Jordán a Efraín, y cuando alguno de los de Efraín que había huido decía: «¿Puedo pasar?». Los de Galaad le preguntaban: «¿Eres tú efraimita?». Si él respondía «no», entonces le decían: «Pues di “shibboleth”».
5 Y él decía «sibboleth», porque no podía pronunciar bien esa palabra.
6 Entonces le echaban mano y le degollaban. Y así murieron cuarenta y dos mil de los de Efraín.
Por otra parte, en Josué 10 podemos leer:
Entonces Josué habló a Jehová el día en que Jehová entregó al amorreo delante de los hijos de Israel, y dijo en presencia de los israelitas: Sol, detente en Gabaón;y tú, luna, en el valle de Ajalón. Y el sol se detuvo y la luna se paró, hasta que la gente se hubo vengado de sus enemigos. (...) Y Josué tomó Debir, y a su rey, y a todas sus ciudades; y las hirieron a filo de espada, y destruyeron todo lo que allí dentro tenía vida, sin dejar nada; como había hecho a Hebrón, y como había hecho a Libna y a su rey. Hirió, pues, Josué toda la región de las montañas, del Neguev, de los llanos y de las laderas, y a todos sus reyes, sin dejar nada; todo lo que tenía vida lo mató, como Jehová Dios de Israel se lo había mandado.
En el fondo tanto la leyenda de Jefté como la de Josué nos están contando la misma historia en momento y lugar diferentes, historia que responde a un patrón que se repite hasta la saciedad en el Antiguo Testamento, y que refleja el problema endémico de los judíos adoradores de Jehová: la coexistencia inevitable con judíos paganos y politeístas. La defensa del culto a Jehová frente al culto pagano es el gran caballo de batalla del Antiguo Testamento, por lo que el debate teológico se plantea siempre siguiendo un canon recurrente:
1.- Aparecen en el escenario los adoradores de los falsos dioses, por lo general reyes u hombres poderosos, en situación ventajosa y llevando la iniciativa del relato.
2.- Entra en escena el defensor de Jehová. En ocasiones es un militar absolutamente temible, como Josué, pero en otras ocasiones es un hombre humilde, como es el caso de Elías.
3.- Tiene lugar el combate, en el cual los defensores del culto a Jehová vencen, ya sea por sus propios medios, o gracias a algún milagro realizado por Jehová (en el caso de Josué el sol y la luna se detienen en su curso por el cielo; en el caso de Elías este es capaz de hacer arder leña que ha sido mojada y remojada varias veces).
4.- El poder de Jehová es ratificado por medio de la inevitable masacre de los adoradores de los falsos dioses. Tras la victoria de Elías, el pueblo pasa a cuchillo a 450 sacerdotes de Baal. En el caso de los efraimitas los 42.000 que perecen adoran a Baal y a Moloch. Josué tampoco deja vivo a ninguno de sus enemigos.
Lo esencial de ambas leyendas masónicas es que tanto Josué como Jefté están luchando contra paganos. Los cinco reyes amorreos a los que derrota Josué son idólatras politeístas. Por su parte, los efraimitas adoraban a Baal y a Moloch.

Si leyendas de Josué y Jefté fueron introducidas como una respuesta a la Tierra Sagrada y la Valle de Josafat, o con una motivo más esotérico y conforme al actual grado de Compañero, o debido a razones que nos son desconocidas, es algo que difícilmente podemos establecer. De lo que no hay duda es de que son unas leyendas sumamente poderosas con una lectura muy sencilla: hay que adorar al Dios verdadero.

NOTA 1: cuando levantamos el brazo izquierdo en el Signo de Saludo o Perseverancia (el Signo de Segundo Grado), estamos rememorando la leyenda de Josué, concretamente el momento en que Josué levanta el brazo para ordenar al sol y la luna que se detengan. Este origen lo explica el Ritual de Emulación, pero no el del Rito Escocés Antiguo y Aceptado. Esto se debe a que el Signo de Saludo o Perseverancia entró en el Segundo Grado del REAA hacia 1804, momento en que se llevó a cabo una curiosa mezcla del Rito Francés con la divulgación antigua Three Distinct KnocksThree Distinct Knocks no describe el origen de ese signo (seguramente porque los autores de dicha divulgación lo desconocían), y por eso tampoco lo explica el ritual del Segundo Grado del REAA. La razón por la que se llevó a cabo esta mezcla del Rito Francés con la divulgación antigua Three Distinct Knocks fue el deseo de Supremo Consejo del Grado 33 de tener un ritual propio para los tres primeros grados, y así distanciarse del Rito Francés. El Rito Francés era el rito propio del Gran Oriente de Francia, el cual quería fagocitar al Supremo Consejo del Grado 33.




NOTA 2: unos días después de que este texto fuese publicado, el Hermano Joaquim Villalta publicó en su blog una entrada que amplía el contenido simbólico y las implicaciones del Valle de Josafat. Dicha entrada se titula "Descubriendo el Valle de Josafat en los rituales y divulgaciones primigenios". Podéis acceder a dicha entrada clicando en el siguiente enlace:






2 comentarios:

  1. Buenas noches, Sr. Alberto.

    Ante todo deseo expresar mis felicitaciones por su encomiable labor de investigación y difusión.
    Tengo una duda acerca de los landmarks: el tercer landmark de Mackey dice que el Tercer Grado no puede ser alterado, sin embargo sí lo fue con la sustitución de la leyenda noaquita por la leyenda de Hiram Abif. ¿Cuál es el fundamento del citado landmark?

    Desde ya, muchas gracias. Disculpe las molestias ocasionadas.

    Saludos cordiales.

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  2. Me gustaria compartir esta web donde tambien se habla de masoneria. Con muchos articulos e información masoneria

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