El cardenal Fleury y el grado de Elegido de Pérignan

 

André Hercule de Fleury (1653 – 1743). Óleo de Hyacinthe Rigaud, palacio de Versalles.


Los masones jacobitas introdujeron en el ritual al cardenal Fleury, primer ministro de Luis XV, como el hombre que guió a los Elegidos en su búsqueda del primer asesino de Hiram Abiff.


Desde la Revolución Gloriosa de 1688 se sucedieron en las Islas Británicas una serie de levantamientos jacobitas que se saldaron con una diáspora jacobita, que se extendió desde la Fuga de los Gansos Salvajes (tras la derrota en la Guerra de los Dos Reyes, 1689) hasta la debacle final en Culloden (1746). La mayor parte de estos jacobitas eran católicos romanos (o, como se dice en el contexto anglosajón, papistas). Si bien en suelo francés también había logias hannoverianas, los masones jacobitas intentaron obtener la bendición real y eclesiástica.

En la etapa en que la masonería comenzó a arraigar en Francia, el hombre más poderoso, después de Luis XV, era el cardenal André-Hercule de Fleury, nacido el 22 de junio de 1653 en Lodève, Francia, y fallecido el 29 de enero de 1743 en París. Fleury ejerció de facto como primer ministro del rey Luis XV de 1726 a 1743, aunque debido a su edad nunca aceptó formalmente el nombramiento de premier ministre. Coloquialmente se le conoce como el Richelieu de Luis XV. Fleury era un hombre brillante, cuyos mayores logros fueron en política exterior. Entabló una estrecha relación de trabajo con el primer ministro británico, sir Robert Walpole, y se esforzó por reducir las tensiones que iban en aumento entre Gran Bretaña y España. Gracias a sus esfuerzos, se evitó que las hostilidades que estallaron entre España y Gran Bretaña en 1727 se convirtieran en un conflicto europeo, al tiempo que fortaleció las relaciones entre Francia y Austria.

Los masones jacobitas intentaron buscar en Francia la protección, o al menos cierta indulgencia, por parte de la corona y la iglesia. La persona clave en este asunto fue el cardenal Fleury, quien, a pesar de las buenas intenciones de los masones, prohibió las tenidas y no hizo más que poner dificultades a la masonería.

A la izquierda, Luis XV. A la derecha, el cardenal Fleury.



El 17 de marzo de 1737 el cardenal Fleury pedía al teniente general de policía, Hérault, que suspendiese las tenidas masónicas y prohibiese a hosteleros y restauradores servir comidas en dichas asambleas. El intento más conocido de solventar esta situación fue el protagonizado por el caballero Ramsay.

Al tener conocimiento de la prohibición, el 20 de marzo de 1737 Ramsay envió su primera versión del Discurso a Fleury, invitándole a apoyar la sociedad de los masones libres. Ramsay se centraba en presentar a los francmasones como ciudadanos leales dentro de la comunidad, y que trabajaban para mejorar las costumbres y fomentar la virtud y la ciencia. 

El 22 de marzo de 1737 Ramsay envía su segunda versión del Discurso a Fleury. Esta segunda versión también tiene un carácter marcadamente más cristiano que la primera, y los pasajes tan citados que vinculan a la masonería con los cruzados medievales podrían considerarse como un instrumento utilizado por Ramsay para corroborar que la Orden no sólo estaba en consonancia con el cristianismo ortodoxo, sino también en concordancia con la Santa Iglesia Católica Romana. Además, Ramsay le pide consejo a Fleury acerca del modo de proceder para que las tenidas masónicas sean legalizadas, pero la respuesta de Fleury es tan sencilla como clara: "El rey no lo desea" (Le roi ne le veut pas).

Las tenidas masónicas estuvieron prohibidas hasta la muerte de Fleury en 1743, aunque esto no implica que no se celebrasen.

El duque de Antin, Gran Maestro entre 1738 y 1743, espada en mano impide a la policía que entre en la logia.


El examen de los rituales manuscritos de la Colección Kloss permite apreciar que un grupo de jacobitas tuvo una idea que no sabemos si era un disparate o una genialidad: intentaron honrar al cardenal Fleury convirtiéndolo en el guía que conducirá a los Elegidos a la cueva donde se halla el primero de los asesinos de Hiram Abiff. Suponemos que el objetivo de esta medida sería intentar ablandar la oposición del cardenal hacia los masones.

Vayamos por partes.

El grado de Elegido de los Nueve se creó fusionando dos grados previos: Pequeño Elegido y Elegido de Pérignan, también llamado Elegido del Desconocido.


Primer y segundo tableros del grado de Elegido de los Nueve, en los que destaca el perro. Tableros de la colección del barón von Löwen.

En el relato de Pequeño Elegido y Elegido de los Nueve, es un perro el que guía a los Elegidos a la cueva del primer asesino de Hiram Abiff. Este relato es un trasunto de los acontecimientos astronómicos que dieron lugar al relato del mito de Osiris (el mito de Hiram Abiff es el mito de Osiris bajo terminología hebrea; puede encontrarse más información aquí). El perro es la Estrella Perro, que los hebreos llamaban Caleb Anubach (el perro que ladra) y no es otra que Sirio. Ahora bien, los autores de estos rituales desconocían este hecho. Ellos pensaban que detrás de la figura del perro había una persona, a la que llamaban el Desconocido.


Ritual del grado de  Elegido de los Nueve: A continuación (el recipiendario) se sitúa y se sienta junto al perro (hay una imagen de un perro). Se le narra la historia, que relata el deseo que tenía Salomón de saber quién era el asesino de Hiram, y que un desconocido, representado por un perro, promete descubrir; que era preciso elegir por medio de escrutinio, para no provocar envidias, quiénes fueron los nueve Elegidos; y que el celo arrebató a Stolkin, quien corrió allí el primero, y mató a Abiram. Manuscrito Kloss XXX.5.

Como vemos, los masones autores de este ritual pensaban que el perro representaba a una persona. Y aquí es donde viene la ocurrencia: llamaron a esa persona Pérignan.


Elegido del Desconocido (dicho de Pérignan).
Manuscrito Kloss XXXVI.5

Pregunta - ¿Por qué el desconocido advirtió a Salomón?
Respuesta -  Para satisfacer el edicto que este sabio rey había hecho publicar, y obtener la recompensa ofrecida por este edicto.
P - ¿Cómo alimentó el desconocido a Abiram y durante cuanto tiempo?
R - Siete días completos.
P - ¿Cómo llamáis vos a este desconocido?
R - Pérignan.


Pérignan es Fleury

Ubicación de Fleury (Pérignan) en el Languedoc.


Fue precisamente el cardenal Fleury el que cambió el nombre de la localidad de Pérignan por su apellido Fleury. Este es el relato de cómo aconteció este hecho. La web original en francés es esta.
¿Por qué se llama Pérignanais a los habitantes de Fleury? Los historiadores han encontrado la respuesta a través de la historia.

Las Chroniques Pérignanaises nos dicen: "Nuestro pueblo cambió de nombre por decisión testamentaria debido a la falta de herederos directos; el 9 de enero de 1651, Hercule de Thézan, señor y barón de Pérignan y otros lugares, vendió las tierras y la baronía de Pérignan a su cuñado, Pierre de Fleury, originario de Lodève. Pierre de Fleury, sin heredero, legó su baronía al hijo mayor de su hermano Jean, Gabriel, que fue barón hasta 1693. Sin hijos, legó su propiedad a su hermano Henri. Una vez más, sin descendencia directa, el testamento se hace a favor de su hermano, (el cardenal) André Hercule de Fleury, entonces obispo de Fréjus. El nuevo barón de Pérignan decidió inmediatamente su sucesión, ya que pensaba en una carrera versallesca. Nombró entonces barón de Pérignan al hijo mayor de su hermana Marie, Jean Hercule. En 1715, Monsieur de Fréjus, como se le llamaba a veces, abandonó su sede episcopal y regresó a Versalles, donde se convirtió en tutor del joven Luis XV. En 1726, el rey le nombra primer ministro y propone al Papa que le conceda el título de cardenal. El nuevo ministro no se había olvidado de Pérignan; añadiendo la baronía de Pérignan, sus propiedades de Lodève y los bienes del padre de Jean Hercule, fundó un ducado, y para que su patronímico no desapareciera, decidió que Pérignan se llamaría Fleury y que Jean Hercule y sus futuros herederos serían duques de Fleury. Así se lo propuso al rey, quien ratificó las intenciones del cardenal. Fue así como en 1736 Pérignan se convirtió en Fleury. "Los acontecimientos históricos entre la Revolución y el reinado de Luis XVIII hicieron que Fleury volviera a ser Pérignan y que Pérignan volviera a ser Fleury... ¡en varias ocasiones!

Es evidente que los masones jacobitas que crearon el grado de Elegido de Pérignan estaban pensando en el cardenal Fleury.

¿Cómo sabemos que los masones que crearon el grado de Elegido de Pérignan eran jacobitas? La respuesta es sencilla: porque el nombre de uno de los asesinos es Runvel (Cromwell); porque en el ritual aparece la palabra Cabul (los jacobitas empleaban las palabras Cápule y capulista para no tener que usar el hannoveriano Giblim, puede leerse más al respecto aquí). Y por último, por el tablero del grado:

El origen jacobita de los grados de Elegido de Pérignan y Elegido de los Quince queda evidenciado por el hecho de que, en los tableros de grado, empalan las cabezas de los asesinos de Hiram Abiff, del mismo modo que Carlos II decapitó el cadáver de Cromwell y clavó su cabeza en una pica, vengando así la muerte de su padre, Carlos I. A la izquierda, tablero del grado de Elegido de Pérignan (manuscrito Kloss XXXVI.7); en el centro, tablero del grado de Elegido de los Quince (Maçonnerie des Hommes). A la derecha, la cabeza empalada de Cromwell, que fue enterrada finalmente en 1960.


Estos los los hechos, aunque no podemos estar realmente seguros de por qué estos masones jacobitas incorporaron al cardenal Fleury al ritual. Al fin y al cabo, nos separan casi 300 años de los acontecimientos narrados en esta entrada del blog.

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