Albert Pike, un hombre de frontera

Albert Pike (1809-1891). Óleo pintado por su benjamín, Yvon Pike.


Antes de comenzar con el texto de la biografía de Albert Pike, comparto con vosotros este viejo podcast que me hizo Vicente Rocamora en 2012 a través de mi móvil acerca de la figura de Albert Pike. El sonido es muy pobre pero creo que el contenido mantiene su interés. Creo que era la primera vez que hablaba para el público acerca de masonería.





Jurista, poeta, explorador de frontera, general confederado y Comisario para las Naciones Indias, Albert Pike es una de las figuras más coloridas de la historia norteamericana y una pieza fundamental de la masonería. Elegido Soberano Gran Comendador del R.E.A.A. en la Jurisdicción Sur, ocupó dicho cargo durante 32 años, desarrollando sus rituales y publicando diversos libros, entre los que destaca Moral y Dogma del Rito Escocés Antiguo y Aceptado, obra que complementa el sistema de moral desarrollado en el ritual escocista y que resulta de referencia dentro de la masonería. Albert Pike es el único general confederado al que los vencedores honraron con una estatua pública en Washington (Judiciary Square).
Este libro fue publicado originalmente como separata de la edición de lujo de Moral y Dogma. Al pasar de la edición de lujo, con tapa dura, a la edición de tapa blanda, la separata ha sido publicada por separado.





Albert Pike es posiblemente la mente más privilegiada que ha dado la Masonería. Resulta enormemente difícil resumir la vida de Albert Pike en algo tan breve como la entrada de un blog, no sólo por lo documentado y extenso de su biografía, sino porque también hay anécdotas muy célebres que toman un protagonismo desproporcionado con respecto a las partes más serias e importantes de su labor en vida. No obstante, vamos a intentar que, con esta entrada del blog, quien lo lea pueda hacerse una idea más o menos acertada de la vida de este personaje tan fundamental para la Masonería.


Reunión de soldados confederados cheroquis, veteranos de la Guerra Civil estadounidense, en 1903.

Indios cheroquis preparan la impresión del diario Cherokee Advocate, que se publicó desde 1844 hasta 1906.

Allen Wright, Comisionado de la Nación Choctaw y compilador del Diccionario de la Lengua Choctaw.


LA FRONTERA

Antes de comenzar a hablar de Albert Pike es preciso tener una idea general del pintoresco entorno geográfico en el que Albert Pike vivió, y que tiene muy poco que ver con los Estados Unidos de hoy en día.

La vida de nuestro protagonista giró en torno a dos ciudades de Arkansas. La primera es Little Rock, capital del estado. La otra es Fort Smith, situada justo en la frontera entre Arkansas y Oklahoma, a la orilla del río Arkansas. Antes de la Guerra de Secesión estadounidense esta pequeña localidad de origen militar representaba el último lugar donde regían las leyes del hombre blanco. Era allí donde se podía comprar comida, arreos, municiones, trampas y lo que uno pudiese necesitar antes de adentrarse en territorio indio. El enorme territorio que se extendía hacia el Oeste pertenecía a México, y hacia el Sur se hallaba una Texas muy poco poblada y de la que el 60% de su superficie era en realidad territorio comanche.




La Comanchería

Inmediatamente al Oeste de Fort Smith se encontraban las denominadas Cinco Tribus Civilizadas. Estas tribus eran los Creek, que en español se llaman Muscoguis, Semínolas, Cheroquis, Choctaws y Chikasaws (pronúnciese choctó y chicasó: estamos en la antigua Louisiana francesa y son nombres franceses, Choctaux, Chicasaux, del mismo modo que Arkansas se sigue pronunciando hoy en día por sus lugareños Arkansó -escuchad a Bill Clinton cuando nombra a su estado natal-). Estos indios se ganaban la vida de manera muy semejante a los blancos, por medio de la agricultura, herrería, comercio, etc. Entre ellos había un elevado porcentaje de indios cristianos, imprimían sus propios periódicos en las lenguas vernáculas, y para las labores agrícolas contaban con esclavos negros, aunque la nación semínola nunca aceptó la esclavitud, de manera que cuando cuando un esclavo se fugaba, acudía siempre a refugiarse en las tierras semínolas (que es la razón porque la que un porcentaje de los semínolas de hoy en día son negros). La lengua franca entre los indios era el oka-sioux, una lengua de más al norte, aunque con los blancos se comunicaban en inglés. Una vez que se llegaba al Oeste de los territorios de las Cinco Tribus y se entraba en territorio comanche, la lengua franca pasaba a ser el español (tanto mejicanos como comanches eran hispanohablantes).


Guerreros comanches, 1892.


Al ser la nación semínola la única de las Cinco Tribus Civilizadas que no toleraba la esclavitud, era frecuente que muchos esclavos negros huidos buscasen refugio entre ellos. Por esta razón actualmente un 3% de los semínolas son negros.



Little Rock, la capital de Arkansas, es una típica ciudad sureña, de la América profunda. Little Rock saltó a la fama mundial en 1957, cuando el ejército hubo de intervenir para que nueve estudiantes negros pudiesen acudir a clase de enseñanza secundaria en el Central High School, acontecimiento que atizó el extremo racismo de esta comunidad.







Forst Smith era un ejemplo de sociedad de frontera, un entorno en el que se encontraban buscavidas de todo tipo de origen y cultura, cada uno con su características particulares, religión, idioma, peinado, ropas, mentalidad, forma de montar a caballo, etc. La expedición en la que se integró Albert Pike para ir a Llano Estacado a trampear partiendo desde Fort Smith agrupaba a anglosajones, franceses, apaches, rusos, alemanes, indios utes y mejicanos. Este arquetipo norteamericano quedó reflejado en una escena memorable de La Guerra de las Galaxias: la cantina de Mos Eisley. Seguramente esta escena es la que mejor refleja el ambiente que hay en una localidad de frontera. No en vano la palabra coloquial para "extranjero" en inglés americano es "alien".





Fort Smith en 1867


BOSTON, MASSACHUSSETS.

Embarque de los peregrinos del Mayflower en el puerto de Delfthaven (Holanda), por Robert Walter Weir (1875)

A todos nos suena el celebérrimo acontecimiento de la llegada del Mayflower a las cosas de Nueva Inglaterra con una pasaje de peregrinos puritanos que emigraban buscando una libertad de culto que les era negada en Inglaterra. Los primeros miembros de la familia Pike no iban en el Mayflower -ya habría sido casualidad-, sino que llegaron 15 años más tarde en otros barcos que trasladaban también puritanos a la tierra de promisión. En 1635 llegaban John Pike padre y John Pike hijo, quien tuvo siete hijos, iniciando una de las estirpes más conocidas de Nueva Inglaterra. De esta estirpe surgieron el explorador Zebulon Pike, que llevando a cabo una expedición por Colorado en 1707 fue apresado por tropas españolas, y más tarde Albert Pike, quien nos ocupa.

Albert Pike nació en Boston el 29 de Diciembre de 1809, siendo el hijo mayor de Benjamin y Sarah Andrews Pike. Benjamin era un vividor que era considerado la oveja negra de la familia y se ganaba la vida como zapatero remendón. En 1808 se casó con Sarah, una joven puritana inglesa criada en Ipswich cuya familia se había trasladado hacía poco a Boston. Tuvieron seis hijos, a los que Sarah educó según los usos protestantes, en una estricta moral y en la lectura diaria de la Biblia. La educación presbiteriana de Albert Pike le dejó algunas huellas indelebles en su mentalidad, como son su profunda confianza en la Providencia Divina, que impregna su pensamiento, y la educación e ilustración como modo de liberar al hombre y aproximarlo a Dios (Pike imprimió este mismo sesgo al Rito Escocés, que en Estados Unidos tiene un soberbio plan de becas para estudiantes).

Siendo adolescente se mudó a vivir con su tío Alfred, quien le ayudó en sus estudios, y a la edad de 17 años aprobó la prueba de acceso a la Universidad de Harvard, aunque no cursó estudios en ella debido a que no podía afrontar el plan de financiación de los estudios. Hacia esta época el joven Albert comenzó a desarrollar una característica que le acompañaría durante toda su vida: consciente de tener un cociente intelectual asombroso, tuvo siempre una fe ciega en su inteligencia. Su gran capacidad intelectual hizo también que pudiese hablar varios idiomas. Aparte de conocer en un grado aceptable lenguas muertas como el latín, hebreo, sánscrito o arameo, podía expresarse en francés y, a los 18 años, hablaba ya un correcto español que le fue muy útil para relacionarse con comanches y mejicanos. Al poco tiempo tras su desplazamiento a la Frontera sabía expresarse aceptablemente bien en sioux.

No obstante, Nueva Inglaterra era un lugar muy distinto de la Frontera. De hecho, era virtalmente idéntico a la Inglaterra que estaba experimentando la Revolución Industrial, y en Boston se hacinaba una enorme masa de inmigrantes que trabajaba por un salario mísero en la gran industria local, principalmente textil. Albert no veía futuro para él en su Boston natal, de modo que prefirió ir a buscar fortuna al Oeste.



LLANO ESTACADO

Localización de Llano Estacado

Itinerario recorrido por Albert Pike desde Boston a Santa Fe, y desde Taos en la expedición por Llano Estacado, para llegar finalmente a Fort Smith.

En su trayecto hacia Santa Fe, Pike realizó un primer periplo hacia San Luis, donde permaneció algún tiempo, para posteriormente dirigirse a su destino final a través del Camino Viejo de Santa Fe, al sur del territorio cheyene. A los dos días de llegar tuvo noticias de que, desde Taos, 80 kms al norte, se estaba organizando una expedición para ir a cazar castores por el Llano Estacado. A Pike le pareció una buena forma de hacer dinero rápido, ya que las pieles de castor se vendían a muy buen precio en el Este, de forma que compró trampas, un caballo, una mula y munición, y acudió a Taos para unirse a la expedición.

Partieron 80 hombres guiados por un comanche bautizado, Manuel. Pero al tomar elCamino Comanche llegaron las malas noticias: los comanches estaban en pie de guerra y habían atacado a varias caravanas, asesinando a varios colonos y cortándoles las cabelleras. Además habían comenzado a robar ganado. Los mejicanos de la expedición celebraron una reunión a la que, por hablar español, invitaron a Pike, de modo que él pudiese explicar a los demás lo discutido. Algunos mejicanos no veían sentido a continuar. ¿Por qué iba a adentrarse en unas circunstancias tan arriesgadas si en poco tiempo seguramente se calmarían las cosas? Sin embargo, en la expedición había muchos anglosajones y europeos, para los que la perspectiva de quedarse en Santa Fe no tenía mucho sentido, y aunque algunos mejicanos se quedaron, el grueso de la expedición continuó.

Llano Estacado



Al poco de comenzar la expedición el grupo se dividió por una discusión acerca de si debía seguirse el Pequeño Río Rojo o bien el Río Pecos; pero la orografía terminó imponiéndose y al final ambos grupos iban uno detrás del otro a unos cientos de metros. Pronto comenzaron a darse cuenta de que la expedición estaba abocada al fracaso, y que la población de castores era mucho menor de lo estimada. Hubieron de comenzar a cazar búfalos para alimentarse, y finalmente se quedaron sin provisiones.


Poblado comanche.

Entonces se dio una de las situaciones más tensas de la expedición, pues se encontraron con un poblado comanche. Los comanches accedieron a alimentarles, y les prepararon abundante guisado de carne, pero una cosa era aceptar comida y otra fiarse de los comanches, de modo que aceptaron el alimento mientras comían formados en un círculo defensivo y sin separarse de las armas. En un momento se aproximaron varios comanches armados con arcos y flechas, y el grupo les advirtió que, de seguir acercándose, abrirían fuego contra ellos. Los propios exploradores hubieron de retener a uno de ellos, empeñado en disparar contra un comanche que se aproximaba con unas mulas, lo que habría provocado que la tribu se les echase encima. Finalmente pagaron la comida a los comanches con tabaco y unos cuchillos, y prosiguieron. Albert Pike profesó un pánico inveterado a los comanches durante todo su vida, escribiendo acerca de ellos que "la misma sonrisa que podían ofrecerte mientras hablaban contigo podía ser la mueca que esbozasen mientras te torturasen como mera diversión".

A la izquierda, Quanah Parker, el último jefe comanche. A la derecha, su madre, Cynthia Ann Parker. De origen irlando-escocés, su familia que se había establecido en la frontera de Texas en los años 1830. Fue capturada en 1836 por los comanches durante el ataque a Fort Parker, cerca de la actual Groesbeck, Texas, y presenció la tortura y asesinato de su abuelo, John Parker, así como las sucesivas violaciones de varios de sus parientes. Parker sufrió abusos y en ocasiones torturas, y fue discriminada por los comanches, hasta ser adoptada como esposa por el jefe comanche Peta Nocona. Cynthia se convirtió en parte de la tribu comanche y permaneció con ellos durante veinticuatro años. Durante ese tiempo dio a luz a tres hijos antes de ser «rescatada» a los 34 años por los rangers de Texas. Permaneció los restantes diez años de su vida intentando reajustarse a la vida civilizada como tejana. Intentó escapar y volver con su familia e hijos comanches por lo menos una vez, pero fue una vez más «rescatada» y llevada de vuelta a Texas. En la foto, Cynthia lleva el pelo cortado, señal de duelo entre los comanches.


A los pocos días encontraron otro poblado, pero en el que no había guerreros. Los hombres, les explicaron, había salido a cazar. A Pike le sorprendió mucho que había numerosas mujeres mutiladas. Esa poblado había sufrido tiempo atrás un ataque de las tropas de la Unión.

Tras dos meses vagando por Llano Estacado era evidente que la expedición no iba a dar los resultados esperados, de forma que se decidió regresar a la civilización. La ciudad de habla inglesa más próxima se hallaba unos 800 kms al este, Fort Smith, pero para no correr los riesgos que implicaba atravesar toda la Comanchería, los que no regresaron a México optaron por subir hacia el norte, al Camino Viejo de Santa Fe, para descender a Fort Smith  más al este, por las tierras cheroquis, mucho más seguras.

Cuatro meses tras la partida de Taos, Albert Pike llegaba a esa ciudad de frontera que era Fort Smith. Para entonces, Pike había trabado ya conocimiento con indios de la mayoría de tribus del Medio Oeste.



MARY ANN HAMILTON


Al llegar a Fort Smith Albert Pike se estableció como maestro de escuela, y comenzó a colaborar en el periódico Arkansas Advocate con el pseudónimo de Casca. Al poco tiempo conoció a una joven huérfana de 18 años, aunque adinerada, llamada Mary Ann Hamilton, con quien contrajo matrimonio en 1835, cuando Albert contaba con 26 años. Gracias al respaldo económico de Mary Ann, Albert pudo adquirir el Arkansas Advocate, convirtiéndose en su editor.


Casa de Albert Pike en Little Rock.

Mary Ann dio a Albert diez hijos, y conforme vinieron los niños Albert Pike se hizo construir una amplia casa en Little Rock. Sin embargo, desde niña Mary Ann había sufrido una cierta inestabilidad mental que, con el paso de los años, hizo que la convivencia con ella fuese cada vez más complicada. De niña no pudo conocer a su padre, que murió al poco de nacer ella, y a los doce años hubo de presenciar cómo su madre y sus dos hermanas mayores se ahogaban en el Río Arkansas. Posteriormente hubo de perder a cinco de sus hijos por distintas enfermedades (uno de los cuales, el segundo Albert -el primer Albert murió al poco de nacer- se ahogó también en el Arkansas). El estado mental de Mary Ann fue empeorando, adquiriendo tintes neuróticos, y la convivencia conyugal resultó paulatinamente más complicada, de modo que su esposo procuraba prolongar sus desplazamientos debidos al trabajo. Tras 25 años de matrimonio se divorciaron. Albert Pike cedió a su esposa una generosa pensión, la mansión, y los dos esclavos negros que tenían para el servicio doméstico. Únicamente reclamó para sí la biblioteca.

Tumba en la que se hayan enterradas Many Ann Pike y cuatro de sus hijos, en el cementerio de Little Rock. Albert y Mary Ann tuvieron diez hijos: Ben Desha Pike (1835–1836), Albert Pike (1837–1837), Luther Hamilton Pike (1838–1895), Walter Lacy Pike (1840–1863), Isadore Pike (1842–1869), Lilian Pike Roome (1843–1919), Albert Holden Pike (1844–1858), Eustace Pike (1848–1848) e Yvon Pike (1849–1929)



LA PRÁCTICA DE LA ABOGACÍA

La endeblez del sistema legal en la Frontera queda magistralmente reflejada en el filme de John Ford El hombre que mató a Liberty Valance.

Tras su matrimonio con Mary Ann Hamilton, se hizo evidente que sus ingresos como maestro de escuela y el periódico no eran suficientes para vivir de manera mínimamente holgada, de modo que Albert Pike preparó de manera autodidacta el examen para la obtención de la Licencia de Abogacía, que obtuvo en 1837. El entorno legal que había en la Frontera queda reflejado con bastante fidelidad en las películas de John Ford, donde con frecuencia se parodia la autoridad del sheriff y la vigencia de las leyes. En realidad, cuando se lee las descripciones que Pike nos dejó de los juicios en Little Rock y Fort Smith, uno llega a la conclusión de que la realidad era aún más disparatada: abogados que apenas sabía leer y escribir pero que se inventaban presuntas frases en latín, que traducían según su conveniencia, para defender sus casos; juicios en los que no había suficientes miembros en el jurado, ante lo cual se recurría a sentar como miembros del jurado a reos de otros juicios que debían celebrarse en el mismo día y lugar; sobornos y coacciones a testigos... Sin duda, la Justicia en la Frontera era digna de las películas de John Ford.

Los primeros clientes de Albert Pike fueron los grandes propietarios de las plantaciones. Sin embargo, fue su labor para las Cinco Tribus Civilizadas lo que marcaría la gran obra de Pike en su faceta profana. Albert Pike comenzó a defender a las Naciones Indias en sus demandas de indemnizaciones ante los desplazamientos a que se veían sometidas. Durante toda su vida, Pike jamás faltó a su palabra ante los indios, de modo que si el Gobierno de la Unión incumplía los acuerdos firmados, Pike se desplazaba a Washington todo el tiempo que hiciese falta hasta solucionarlo. 


John Ross, Jefe de la Nación Cheroqui y gran amigo de Albert Pike.


Los jefes indios sabían que Pike era su hombre, y se lo reconocieron profesándole una lealtad auténticamente perruna. Fue a lo largo de las negociación de las indemnizaciones cuando se forjó una amistad que duraría toda la vida entre el jefe cheroqui John Ross y Albert Pike. Ross era un acaudalado terrateniente (su plantación contaba con más de 100 esclavos), e incluso cuando no había cuestiones legales que tratar Ross solía invitar a Pike a cazar búfalos. Más adelante, Pike emplearía su gran reputación entre los indios para que estos tomasen partido por la Confederación durante la Guerra de Secesión.

Un hecho curioso es que, dado que Arkansas había sido parte de la Lousiana francesa, este fue el único estado donde el Derecho Civil francés y el Derecho Romano seguía siendo empleado para solventar según qué cuestiones. Albert Pike publicó sus Máximas de Derecho Romano y Francés, manual que fue empleado por los abogados de Arkansas, que por lo general tenía formación de Derecho anglosajón.


DUELO EN FORT SMITH

Preparación de un duelo durante la segunda mitad del Siglo XIX.


En 1846 se declaró la guerra entre Estados Unidos y México, y Albert Pike se integró en el Arma de Caballería con el rango de Capitán y con la tarea específica de adiestrar a las tropas. Albert Pike se distinguió en la Batalla de Buena Vista o de la Angostura, pero una vez finalizada la guerra se mostró siempre enormemente crítico con su superior, el que posteriormente sería Gobernador de Arkansas, Teniente Coronel John Selden Roane.

John Selden Roane
Albert Pike era un obsesivo del entrenamiento militar, de modo que ponía a sus unidades a hacer maniobras siempre que podía. Pero Roane era de un perfil muy distinto, y sus tropas estaban menos entrenadas. Pike denunció en la prensa que las tropas de Arkansas (salvo las suyas) no había sido lo suficientemente entrenadas, lo que había provocado que en la Batalla de Buena Vista no maniobrasen y se replegasen con la debida precisión. Roane se lo tomó como una crítica personal, y comenzó con Pike una serie de críticas mutuas a través de la prensa que culminó en que Roane retase a Pike a un duelo, práctica que por aquel entonces seguía siendo legal.

Albert Pike llegó al lugar del duelo fumando un gran puro, y el duelo comenzó. Los dos caballeros abrieron fuego, pero ambos fallaron. Ambos dispararon de nuevo, pero volvieron a fallar. Y lo mismo sucedió una tercera vez. Era obvio que ambos no querían hacer daño al otro, pues tanto Roane como Pike eran buenos tiradores. Para cualquiera de los dos la posibilidad de retirarse suponía un deshonor; pero los cirujanos que les acompañaban estaban ya hartos de verles cometer semejante insensatez, de modo que llegaron a un acuerdo entre ellos y se dirigieron cada uno a su tirador: o cesaban inmediatamente de disparar, o se iban y renunciaban a socorrerles en caso de ser alcanzados. Albert Pike respondió a su cirujano: "Haga lo que usted crea conveniente, pero no comprometa mi honor". En ese momento llegó el cirujano del Roane, diciendo "El Caballero Roane dice que considera que ya ha obtenido satisfacción, y sugiere estrechar las manos con el Sr. Pike". Finalmente Roane se acercó a Pike y estrecharon las manos. Al cabo de diez minutos estaban hablando como si nunca hubiesen cruzado fuego, y la misma noche se sentaron juntos en una cena a la que ambos había sido invitados, charlando y riendo animosamente (en el código del duelo, mantener una rencilla una vez intercambiado fuego se consideraba una terrible grosería).

El único descontento con la situación fue un cheroqui llamado Bill Fields, que había acudido a presenciar el duelo con el deseo de ver sangre. En un pobre inglés, Fields explicó: "Con esas pistolas cualquiera le hubiese podido acertar a una ardilla a 75 pasos, no sé cómo dos buenos tiradores, y tan voluminosos, no han podido acertarse entre sí a 10 pasos...".


COMISIONADO PARA LAS NACIONES INDIAS

Portada de una de las mejores
biografías de Albert Pike:
"Reluctant General" (General
a su pesar)
.

Con el comienzo de la Guerra Civil estadounidense, la Confederación prestó mucha más atención a las Naciones Indias que la Unión. Probablemente esto se debió a que los recursos de todo tipo con que contaba el ejército sureño eran mucho más limitados que el ejército federal. El Norte triplicaba en población al sur, contaba con un poderío industrial incomparable, y tenía una cabaña ganadera virtualmente ilimitada. Sin embargo, la Confederación tenía unos problemas de suministros serios, y quería hacer de las manadas de búfalos de las Naciones Indias su reserva particular ganadera.


Con el fin de incorporar las Naciones Indias al bando de la Confederación, Albert Pike fue nombrado Comisionado para las Naciones Indias, cargo que al ser militarizado otorgó a Pike el rango de General de Brigada. En realidad, Albert Pike se oponía a la Secesión; pero una cosa era oponerse a la Secesión y otra traicionar a su patria, de modo que se aprestó a servir a la Confederación.


Nativos americanos juran fidelidad a la Confederación en el momento de su reclutamiento.

Albert Pike contaba con una grandísima reputación entre los indios, reputación que iba a explotar en favor de la Confederación. Con este fin Albert Pike se adentró en las Naciones Indias con un exuberante cortejo que hubiese sido más propio de un rey que de un comisionado. Para ayudarle en sus negociaciones con los indios iba acompañado por una delegación de agentes confederados entre los que se encontraba uno de sus hijos, Walter Pike. Pero aún así se hizo acompañar también de una amplia escolta de oficiales y tropa montada que realzaría su posición como auténtico embajador de la Confederación. 


Las gestiones de Pike en favor de la Confederación demostraron lo acertado de su nombramiento, aunque es obligado decir que la coexistencia cordial entre indios y blancos era un fenómeno típicamente sureño. Los yankees despreciaban profundamente a los indios, mientras que entre los sureños muchas de sus familias notables eran de raza india, y contaron con oficialidad india en su ejército. Además, los éxitos militares iniciales de la Confederación hicieron creer a los indios que estaban pactando con el futuro vencedor de la Guerra.



Pike consiguió incorporar a los indios como reclutas, aunque quedaba estipulado que no se les llevaría a combatir fuera de sus territorios de origen; igualmente el ejército sureño tendría acceso a la cabaña de búfalos de las praderas, y los comanches se comprometían a no fustigar el flanco occidental de la entonces indefensa Texas. Esto último significaba respetar la vida de los colonos blancos en la Comanchería. No deja de ser meritorio el que los comanches respetasen los acuerdos, pues estamos ante una tribu con un grado de civilización muy inferior a cheroquis o semínolas, para la que los acuerdos a la manera del hombre blanco no tenían sentido. En realidad, lo que los comanches harían sería cambiar su zona de saqueos: en ver de saquear el oeste de Texas, saquearían el estado de Kansas, en la frontera septentrional de la Comanchería, y estado leal a la Unión. Iguamente, ante la imposibilidad de conseguir alianzas con Apaches, Kiowas, Kockapoos y otras tribus, sí consiguió establecer acuerdos de neutralidad, de modo que la frontera occidental de la Confederación pudo gozar de cierta estabilidad durante toda la Guerra Civil.


Stand Watie, líder cheroqui que sirvió como General de
Brigada en el Ejército Confederado entre 1861 y 1865.

Con el grueso de las tropas en los distintos frentes, las fronteras occidentales de la Unión y la Confederación quedaron expuestas a los ataques comanches. En la foto, guerreros comanches.

Albert Pike con uniforme confederado



LAS CABELLERAS DE PEA RIDGE


Robert McGee en 1890. De niño, en 1864, el Jefe Sioux Pequeña Tortuga le arrancó la cabellera, pero pudo sobrevivir.


El cazador de búfalos Ralph Morrison yace sin cabellera, arrancada en un encuentro con cheyenes, cerca de Fort Dodge (Kansas) en 1868.


Cuando, en el transcurso de la Guerra Civil, el General Van Dorn tomó el mando del Ejército Confederado, este ordenó a Albert Pike que agrupase a sus regimientos y se uniese al cuerpo de ejército situado más al Oeste, pues la batalla parecía ya inevitable en Pea Ridge. Pike contaba con dos regimientos de caballería cheroqui, junto con otro regimento de caballería conjunta choctaw y chickasaw, y un cuarto regimiento de infantería muscogui (creek). Sin embargo, esta orden infringía los acuerdos firmados entre la Confederación y las Naciones Indias, que estipulaban que en ningún momento las tropas indias serían llevadas fuera. No obstante, aunque algunos indios rehusaron salir de su territorio, el grueso de los regimientos sí partió hacia Pea Ridge.

Albert Pike fue puesto al mando de esos regimientos apenas unos pocos días antes de la batalla, debido a la inesperada muerte de los Generales McCulloch y McIntosh. Pike consideraba que sus tropas indias no estaban adecuadamente adiestradas ni armadas; de hecho había en la caballería muchos más ponys que caballos. Pero los acontecimientos no le dieron opción. Pea Ridge fue una derrota en toda regla para la Confederación, pero las tropas indias de Albert Pike protagonizaron un episodio anárquicamente victorioso que desembocó en tropelías.

Desarrollo de la batalla de Pea Ridge

Inicialmente, la infantería muscogui de Pike y parte de la caballería cheroqui se encontraron con la infantería de Foster, a la cual hizo retroceder. Sin embargo, el segundo regimiento cheroqui, junto con choctaws y chicasaws, se lanzó a la carga contra la batería de artillería ligera, también de Foster. La escena fue dantesca, con los soldados yankees incrédulos y paralizados al ver que algo menos de 900 soldados con uniforme confederado se les venían encima cabalgando ponys y aullando como auténticos indios. Para cuando quisieron reaccionar, los indios ya se les habían echado encima y se habían apoderado de los cañones, poniendo en fuga a los soldados de la Unión.

Entonces los soldados nativos de Pike celebraron entre gritos y alborozo su victoria, pero también cometieron una atrocidad que mancharía la reputación de Albert Pike de manera irreparable: en el paroxismo de la victoria, comenzaron a castrar a los heridos agonizantes y a arrancarles las cabelleras.

Al cabo de poco tiempo la artillería de la Unión castigó esa posición, con lo que los indios entraron en desbandada. Cuando las tropas yankees recuperaron la posición, la noticia de las mutilaciones y cabelleras corrió como la pólvora. La prensa de Washington hablaba de 30 cabelleras arrancadas, que en Nueva York ya se habían convertido en 200. En realidad, los indios de Pike arrancaron entre 8 y 12 cabelleras. Pike dio órdenes expresas para que tales desmanes no se repitiesen, y sometió a uno de los perpetradores a consejo de guerra. El mismo Pike fue también procesado unos días después de la batalla, pero al desconocerse su paradero exacto en las Naciones Indias hubo de ser procesado in absentia, siendo encontrado inocente.




TRAS LA GUERRA CIVIL

La Batalla de Pea Ridge, en el norte de Arkansas, supuso el principio del fin para la Confederación, pues dejó Arkansas expedita para el ejército de la Unión, que pudo descender paulatinamente por el Mississippi hasta partir en dos el territorio sureño y provocar la derrota final.

Albert Pike sufrió numerosos encontronazos con el Estado Mayor que provocaron que, un año antes del final de la guerra, presentase su dimisión. En el momento de firmar el General Lee la rendición, la reputación de Pike en el Sur era más que dudosa. Sus constantes críticas al Estado Mayor sureño provocaron que se le procesase por deslealtad, de modo que fue juzgado y encarcelado temporalmente en Warren, Texas. No obstante su reputación era aún peor en el Norte, donde desde el episodio de las cabelleras de Pea Ridge no había dejado de ser considerado un criminal.

Lo mejor que se puede hacer cuando uno está mal visto en todas partes es irse a una gran ciudad e intentar pasar desapercibido. De modo que, escasas semanas tras el fin de las hostilidades, Albert Pike atravesó la frontera y se instaló en Nueva York. No obstante, tampoco pudo gozar allí de sosiego, pues la Fiscalía de la Unión abrió de oficio proceso contra todo el generalato sudista. Para evitar ser sometido nuevamente a juicio, Pike cruzó la frontera y se instaló temporalmente en Canadá.

El regreso de Albert Pike a la Unión en 1865 es bien recordado. Pasado algún tiempo, la Fiscalía retiró las denuncias de oficio para aquellos generales exentos de crímenes de guerra y cuyo único delito hubiese sido ser leales a la Confederación, de modo que Pike regresó a Estados Unidos. Pero ahora se dio la curiosa situación de que el entonces Presidente de los Estados Unidos, Andrew Johnson, era masón de alto grado del Rito Escocés Antiguo y Aceptado, y conocía perfectamente a Pike, de modo que recibió en la Casa Blanca, en Washington, a su Soberano Gran Comendador.


Monumento a Albert Pike en Judiciary Square, Washington. Pike porta un volumen de Moral y Dogma bajo el brazo, mientras la diosa Atenea enarbola el estandarte del Rito Escocés Antiguo y Aceptado.

A lo largo de dos años y medio, Albert Pike intentó volver a ejercer la abogacía tanto en Little Rock como en otras localidades de Arkansas, pero con escaso éxito, dada la pésima situación económica en que se encontraba Arkansas tras cuatro años de guerra. Además, sus clientes habituales se hallaban prácticamente arruinados: los terratenientes se encontraban en bancarrota, y se veían ahora obligados ahora a trabajar sus tierras sin esclavos. Y las Cinco Tribus, debido a sus acuerdos con la Confederación, iban a ser tratados por Washington sin mucho miramiento, de modo que tuvieron que ceder tierras y aceptar traslados sin compensación alguna.

En 1870 Pike se trasladó nuevamente a Washington, donde continuó practicando la abogacía y además editó el diario Patriot. No obstante, su situación pecuniaria fue ya endémicamente precaria, y en 1879 se vio forzado a aceptar una pensión de 1800$ anuales y una habitación en el Templo del Supremo Consejo que le fue ofrecida por el Supremo Consejo del Grado 33 para que su Soberano Gran Comendador pudiese vivir con un mínimo de dignidad. Pike residió en esa habitación hasta su muerte en 1891.

Pike murió a la edad de 82 años. Dentro de un cuadro de debilitamiento general, la causa de su muerte fue una oclusión del esófago que le impidió ingerir alimentos, lo que precipitó el desenlace final.




BIOGRAFÍA MASÓNICA DE ALBERT PIKE


AÑO LOGIA SIMBÓLICA R.E.A.A. RITO DE YORK OTROS
1850 Iniciado, pasado y elevado en la Logia Western Star nº 2, de Little Rock. Miembro del comité que obtendrá la Patente para el Colegio de San Juan. Recibido en los grados de Maestro de Marca, Pasado Maestro y Muy Excelente Maestro.
1851 Miembro de la Convención formadora el Gran Capítulo.
1852 Miembro fundador de la Logia Magnolia nº 60 Sumo Sacerdote / Presidente del Comité de Usos y Leyes Masónicas del Gran Capítulo / Presidente del Comité de Reconocimiento de Grandes Capítulos Extranjeros del Gran Capítulo / Recibido en el grado de Real y Selecto Maestro.
1853 Presidente del Comité de Usos y Leyes Masónicas de la Gran Logia / Presidente del Comité de Revisión y Cotejo de Decisiones de la Gran Logia / Presidente del Comité de Reconocimiento de Grandes Logias Extranjeras de la Gran Logia. Recibido en los grados 4º a 32º en Charleston / Diputado Inspector General de Arkansas. Gran Sumo Sacerdote / Presidente del Comité de la Biblioteca Masónica del Gran Capítulo / Asiste en la formación y se convierte en Tres Veces Ilustre Maestro del Consejo Occidental nº 1, en Little Rock / Recibe los Grados Templarios / Primer Eminente Comandante de la Comandería Hughes de Payens.
1854 Venerable Maestro de la Logia Magnolia nº 60, en Little Rock / Presidente del Comité de la Biblioteca Masónica de la Gran Logia / Presidente del Comité de la Gran Logia para preparar un sistema de Estatutos y Reglamentos para el gobierno de las Logias subordinadas. Nombrado Diputado Inspector General de Tennesse Occidental. Reelegido Gran Sumo Sacerdote / Miembro del Comité de Biblioteca Masónica del Gran Capítulo / Consejo de Sumos Sacerdotes de Arkansas / Eminente Comandante de la Comandería Hughes de Payens.
1855 Comienza el trabajo de revisión de los Grados 4º a 32º
1856 Se convierte en Comandante en Jefe del Gran Consistorio de Luisiana. Presidente del Comité de Usos y Leyes Masónicas del Gran Capítulo / Representante del Gran Capítulo de Luisiana en el Gran Capítulo General de EE.UU. en Hartford / Miembro del Comité del Gran Capítulo para la preparación del ritual de Instalación de los Oficiales del Gran Capítulo / Miembro del Comité de Reconocimiento de Grandes Capítulos Extranjeros del Gran Capítulo / Primer Eminente Comandante de la Comandería Hugh de Payens.
1857 Recibido en el Grado 33º / Soberano Gran Inspector General en Nueva Orleans / Diputado Especial por Luisiana
1858 Afiliado a la Logia Marion nº 68, de Nueva Orleans. Elegido Miembro Activo del Supremo Consejo.
1859 Representante de la Gran Logia de Arkansas ante la Convención Masónica Nacional / Miembro del Comité Gestor del Hogar Masónico de América para viudas y huérfanos de francmasones, en Washington DC. Elegido Soberano Gran Comendador del Supremo Consejo del Grado 33º, Jurisdicción Sur, cargo en que servirá hasta su muerte en 1891. Presidente del Comité de Usos y Leyes Masónicas del Gran Capítulo / Representante del Gran Capítulo de Arkansas en el Gran Capítulo General de EE.UU. en Chicago / Presidente del Comité de Reconocimiento de Grandes Capítulos Extranjeros del Gran Capítulo General / Miembro del Comité de Regalía del Arco Real del Gran Capítulo General. 
1860 Representante de la Gran Logia de Kansas ante la Gran Logia de Arkansas. Completa la revisión de los Grados 4º a 32º. Presidente de la Convención para la formación del Gran Consejo de Arkansas.
1861 Miembro del Comité de Usos y Leyes Masónicas del Gran Capítulo.
1864 Gran Orador / Elegido Fideicomisario del Colegio St. John.
1865 Reelegido Fideicomisario del Colegio St. John.
1866 Miembro Honorario, Nueva Granada / Miembro Honorario del Supremo Consejo de la Jurisdicción Norte / Miembro Honorario del Supremo Consejo del Perú.
1869 Miembro Honorario de la Logia Alpha Home nº 72, de Nueva Orleans / Miembro Honorario de la Logia Perfect Union nº 1, de Nueva Orleans / Miembro Honorario de la Logia San Andreas nº 9, de La Habana (Cuba).
1870 Representante de la Gran Logia de Luisiana ante la Gran Logia del Distrito de Columbia. Miembro Honorario del Supremo Consejo de Inglaterra y Gales / Miembro Honorario del Supremo Consejo de Irlanda. Gran Representante del Gran Capítulo de Oregón ante el Gran Capítulo del Distrito de Columbia.
1873 Miembro Honorario de la Logia Star in the East nº 218, de St. Thomas, Indias Occidentales. Miembro Honorario del Supremo Consejo de Brasil.
1874 Miembro Honorario del Supremo Consejo de Bélgica / Gran Maestro Gran Comendador Honorario  del Gran Oriente y Supremo Consejo de Brasil / Miembro Honorario del Supremo Consejo de Canadá / Miembro Honorario del Supremo Consejo de Egipto / Miembro Honorario del Supremo Consejo de Escocia. Pasado Gran Prior Provincial Honorario del Gran Priorato de Canadá.
1875 Miembro Honorario del Supremo Consejo de Italia.
1876 Elegido Venerable Maestro Perpetuo de la Logia Albert Pike nº 55 de Ciudad de México (la Logia elegía cada año un Venerable Maestro pro-tempore para presidir la Logia).
1877 Miembro Honorario de la Logia Kane nº 454, de New York City / Miembro Honorario de la Logia Des Amis de l'Honneur Française de París. Soberano Gran Comendador Honorario del Supremo Consejo de Italia. Presidente del Comité del Gran Capítulo del Distrito de Columbia / Gran Representante del Gran Capítulo de Mississippi ante el Gran Capítulo del Distrito de Columbia / Representante del Gran Capítulo del Distrito de Columbia ante el Gran Capítulo General de EE.UU. en Buffalo / Presidente del Comité del Gran Capítulo General para Cifrado del Arco Real / Miembro del Gran capítulo General de Jurisprudencia. Nombrado primer Gran Maestro Provincial de la Gran Logia Provincial de los Estados Unidos de la Real Orden de Escocia.
1878 Miembro Honorario del Supremo Consejo de Hungría / Miembro Honorario del Supremo Consejo de México.
1879 Miembro Honorario del Supremo Consejo de España. Gran Representante del Gran Capítulo de Nevada ante el Gran Capítulo del Distrito de Columbia. Presidente de la Asociación Masónica de Veteranos del Distrito de Columbia, desde su fundación y hasta su muerte.
1880 Afiliado a la Logia Pentalpha nº 23, del Distrito de Columbia. Mago Supremo de la Sociedad Rosacruciana
1881 Miembro Honorario y Maestro Ad Vitam de la Logia Columnas de Hidalgo, en México. Miembro Honorario y Soberano Gran Comendador Honorario del Supremo Consejo de Rumanía. Pasado Mago Supremo Honorario del Gran Alto Consejo de la Sociedad Rosacruciana de EE.UU. / Gran Protector del Rito de Adopción.
1884 Miembro Honorario de la Gran Logia de Perú.
1885 Gran Representante de la Gran Logia de la Baja California (México) ante la Gran Logia del Distrito de Columbia / Miembro Honorario de la Logia Egalité - Humanité nº 20, de Buenos Aires / Miembro Honorario de la Logia La Verdad nº 8, de Sevilla (España).
1886 Miembro Honorario de la Gran Logia de Caxaca (México) / Venerable Maestro Honorario de la Logia Losanna de Nápoles (Italia) / Miembro Honorario de la Logia Ruiz nº 2, de León (México). Gran Representante del Supremo Consejo de Colón (Cuba).
1887 Miembro Honorario del Supremo Consejo de Suiza / Miembro Honorario del Supremo Consejo de Túnez / Gran Comendador Honorario del Supremo Consejo del Uruguay.
1888 Miembro Honorario de la Logia Hijos del Trabajo nº 83, de Barcelona (España). Gran Comendador Honorario del Supremo Consejo de Santo Domingo.
1889 Miembro Honorario del Supremo Consejo de Francia.
1890 Miembro Honorario de la Gran Comandería de Arkansas.

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