EL SALARIO MASÓNICO




Medio shekel de plata acuñado en 68 d.C.

Los obreros empleados en la construcción del Templo del Rey Salomón recibían su salario en el pórtico del Templo en la sexta hora del sexto día, es decir, en el Mediodía del Viernes. A los constructores del Templo se les pagaba un salario en triple especie: aceite, grano y vino.  

Sin embargo, el ritual de la Marca va más allá y afirma que había dos tipos de obreros. Por una parte había unos más jóvenes e inexpertos, que todavía no se habían hecho acreedores a su propia marca, y a los que se pagaba en grano, vino y aceite; y otros que sí tenían su propia Marca, y a los que se pagaba en metales, concretamente medio shekel de plata. Aunque hoy en día los dos Grados de la Marca se confieren a Maestros Masones en la misma ceremonia, originalmente no era así. En el momento de crearse las ceremonias de la Marca, los Compañeros eran avanzados al Grado de Masón de Marca, otorgándoseles la misma, y siendo pagados en grano, vino y aceite; mientras que los Maestros Masones eran avanzados a Maestros de Marca (siendo entonces cuando reconocían la función de la extraña Piedra Angular sin marca de cantero, pues no era de factura humana), y a estos se les pagaba en metales. Esto en sí puede parecer una contradicción: si se está en un grado de desarrollo iniciático superior, ¿cómo es que aparecen los metales de los que tan necesario es desprenderse? No obstante, sí tiene sentido, y por ello está en consonancia con la Palabra de Paso a Tercer Grado, Tubalcaín, término que significa posesiones mundanas y era el nombre del primer artífice en metales.

A pesar de que, como dice el ritual de Emulación, es la esperanza del salario lo que endulza el trabajo, el momento de recibir el salario no aparece realmente como un momento gozoso. De hecho, aparece como un momento de incertidumbre y un tanto oscuro:

VM               ¿Cómo lo recibían?
Cand.            Sin escrúpulos ni desconfianza.
VM               ¿Por qué de esta peculiar manera?
Cand.        Sin escrúpulos, al saber que tenían derecho a ello, y sin (diffidence, en el original inglés), por la convicción que tenían de la integridad de sus empleadores en aquella época.
Es muy ilustrativo que el ritual emplee la palabra diffidence, pues nos indica que el obrero va a recibir su salario de manera temerosa, como el que es llamado ante su jefe para llevarse una buena reprimenda, sabedor de que ha hecho algo mal. Es decir, recibir el salario es, en masonería, una experiencia desagradable.

Tal y como dice Walter Leslie Wilmshurst en La Iniciación Masónica:
Grano, vino y aceite son elementos indispensables para la Consagración de toda Logia Masónica, pues son el emblema del salario de los obreros. Los mandiles de los más altos Oficiales de la Orden ostentan espigas de trigo y ramas de olivo, pues se supone que son capaces de administrar el pan, el vino y el aceite a sus inferiores en la Orden. Según los rituales masónicos, el grano es símbolo de plenitud y abundancia, el vino de dicha y alegría, y el aceite es símbolo de paz y unanimidad; aunque el trigo es tradicionalmente símbolo del pueblo de Dios (en oposición a la cizaña), el vino es tradicionalmente símbolo de consagración sacerdotal y el aceite de sabiduría.

No obstante, en el camino de la Iniciación se reciben también salarios mucho menos agradables. Es muy común que aquel que comienza a caminar por el sendero de la Iniciación real se encuentre con muchas cosas inesperadas: pesar y remordimientos, pérdida de su círculo de amistades, enfermedad o adversidad material, por citar algunas. No se puede avanzar en el sendero de la Iniciación sin reajustar la constitución interior ni despojar el propio esquema mental de vainas emocionales y espirituales previas, y adentrarse en el sendero iniciático es cualquier cosa menos un experimento controlado, donde la misma naturaleza del Candidato es poco menos que sublimada en una realidad nueva. A todas estas adversidades y remordimientos es a lo que se refiere el ritual cuando dice que el obrero recibe su salario sin escrúpulos ni desconfianza, pues sabe que es acreedor a todo lo que conlleva, y tiene la certeza de que es lo que le corresponde, ni más, ni menos. Y por ello la palabra que define el paso al Grado de Maestro es Tubalcaín, pues en su trabajo le tocará ser su propio artífice de metales, pero en un grado que excede en mucho una mera invitación a desprenderse de ellos, y que se convertirá en su auténtico caballo de batalla.

La razón de ser de este salario se aprecia algo mejor cuando se lee la versión original del Ritual de Emulación, que sustituye la palabra "Empleadores" (que no deja de ser un neologismo impropio de los 1820s) por "Principales".

Cand. Sin escrúpulos, al saber que tenían derecho a ello, y sin desconfianza, por la convicción que tenían de la integridad de sus Principales en aquella época.


En el método de trabajo inglés de comienzo de los 1820s el Tercer Grado constaba de lo que hoy denominamos Grado de Maestro, más el Arco Real. De hecho, ambas ceremonias estaban concebidas inicialmente para llevar a cabo la primera, hacer un receso para cambiar el mobiliario, y acometer la segunda (hoy en día, en el sistema inglés -que es el que seguimos en España- el Arco Real no es un cuarto Grado, sino la compleción del Grado de Maestro). Es decir, la mención a los Principales, que son quienes asignan las tareas a los Candidatos que vienen de Babilonia, va ligada al Arco Real, y es durante el desarrollo de las labores encomendadas por los Principales cuando el Candidato encuentra la Palabra Sagrada. El hecho de que sean los Principales quienes pagan al Candidato pone al salario en función del objetivo último de purificación que exige el Arco Real.


Aros del Primer Vigilante de la Marca por donde
los Compañeros introducen su mano para cobrar
en función de su Grado.
Era también inevitable que un Grado como la Marca, cuya razón de ser es mostrar los riesgos y errores que acompañan al Iniciado durante su evolución, hiciese hincapié en este fenómeno. Al principio al Iniciado se le paga con grano, vino y aceite, y en cierto modo está exento de pesares, del mismo modo que no sabe muy bien qué es lo que busca, y por ello no reconoce la Piedra Angular. Pero el estado en que sí la reconoce va de la mano de un salario en metales, que en realidad son sus propios metales, y de otros sinsabores. A este estado espiritual la tradición cristiana lo ha denominado secularmente "Purgatorio" (aunque dista mucho de ser un invento cristiano). Forma parte de la economía dispuesta por el GADU que la sublimación de los metales, la purificación y el pesar sea un paso necesariamente previo a la visión del Paraíso y la recuperación del estado original celestial.



LENGUA INGLESA Y RITUAL MASÓNICO


Las lenguas latinas, de las que las principales son el español, francés, italiano, portugués y rumano, se han mantenido relativamente estables con el paso del tiempo. Hoy en día podemos tomar el texto original del Quijote, o un texto sefardita, y, con un esfuerzo relativamente pequeño podremos comprenderlo. Sin embargo, la evolución de la lengua inglesa es de un calado mucho mayor, y esto se ha debido principalmente al hecho de no contar tras ella con una lengua clásica que ejerza de referencia inalterable. El latín proporcionaba una lengua culta de prominencia indiscutible en Europa y, por decirlo de manera simple, los hablantes de lenguas latinas asumían que hablaban un latín corrompido y echado a perder, que son nuestras lenguas vernáculas actuales, pero en cierto modo resultaba indiferente, porque para expresarse de manera culta y para escribir se recurría a la referencia indiscutible, el latín, que además era la lingua franca.

Sin embargo, la lengua inglesa ha tenido una existencia mucho más agitada, de modo que ha sufrido alteraciones muy significativas, y esta evolución ha quedado plasmada también en el vocabulario masónico y sus textos. Sin ánimo de querer hacer un estudio realmente serio, vamos a adentrarnos de manera un tanto lúdica y superficial en la arqueología de la lengua inglesa y encómo esos cambios se reflejan en los rituales actuales.





Aunque hoy nos cueste darnos cuenta de ello, los romanos estuvieron más de cuatro siglos en Inglaterra. Julio César desembarcó en suelo inglés en 55 a.C., el Emperador Claudio la anexionó en 43 d.C., y las legiones romanas permanecieron en suelo inglés hasta 409. Cuando se fueron, no lo hicieron hostigadas por las tribus celtas ni por enemigos locales. Sencillamente, con un Imperio Romano que se desmoronaba, su presencia era más importante en otras partes del mismo, y se les dio orden de trasladarse, sin saber si volverían o no a Britania. No volvieron.

Flavio Aecio (396 - 454)
A diferencia de otras partes del Imperio, que estaban rodeadas de provincias igualmente romanizadas, Britania estaba rodeada por el mar y por celtas que odiaban ferozmente a Roma, y ante la ausencia de las legiones estas tribus comenzaron a atravesar la Muralla de Adriano para saquear Britania. Los britanos, que se consideraban romanos, pidieron ayuda al General Aecio, pidiéndole que llevase de nuevo las legiones a las Islas pues "O morían a manos de los celtas del norte, o perecían ahogados en el mar". Sin embargo, Flavio Aecio, un capaz general, no pudo enviar sus legiones porque las necesitaba para defender Roma de los godos y los hunos.


A partir de este momento se abre una nebulosa histórica. No se sabe si anglos y sajones acudieron a Britania ante la llamada de socorro de los britanos, o si sencillamente vieron la ocasión de asentarse allí y lo hicieron. Durante los Siglos V y VI se produjeron las migraciones anglosajonas a la isla, de modo que, junto con las lenguas céticas, comenzaron a hablarse los dialectos anglosajones, y el legado romano prácticamente se desvaneció por completo.




The Wanderer (El Caminante), poema en lengua anglosajona.


LOS VIKINGOS

Desde finales del Siglo VIII la isla de Gran Bretaña comenzó a sufrir una serie de ataques por parte de los vikingos, los cuales además comenzaron a asentarse en la isla. Los daneses comenzaron a establecerse en el área que va desde East Anglia a York, y los noruegos en la costa occidental de Escocia. Al igual que la lengua de anglos y sajones, los vikingos hablaban lenguas germánicas, de modo que desde el comienzo hubo cierto tipo de entendimiento, que posteriormente se plasmó en una criollización de ambas lenguas. A pesar de la similitud de las mismas, los vikingos trajeron una serie de palabras muy conocidas hoy en día, como egg (huevo), window (ventana) o husband (marido). Y en el lote venía una de las palabras más empleadas en Masonería: Fellow, que en Masonería se emplea para componer el término que en español traducimos por Compañero: Fellow of the Craft o Fellowcraft. No es que Compañero sea una mala palabra, pues etimológicamente es aquel que comparte el pan contigo, pero el contenido semántico de Fellowcraft es muy distinto.

La palabra felaggi procedía de fe, dinero, y laggi, poner. Dicho de otro modo, los felaggi eran aquellos que ponían dinero en común para un proyecto. Sin embargo, en suelo británico esta palabra amplió su significado hasta llegar a significar no ya unos meros socios comerciales, sino la pertenencia a un grupo. Los miembros de las distintas asociaciones universitarias se denominan fellows, y esta palabra llegó a tener el contenido semántico de otros términos empleados en Masonería norteamericana como Kindred o Kinsman (un Kinsman podía ser un familiar, pero también, por ejemplo, un individuo criado en el mismo ghetto). Seguramente la mejor traducción que se ha hecho de la palabra fellow es la del título de la película de Martin Scorsese Goodfellas, que se tradujo agudamente como Uno de los nuestros. Un Fellow of the Craft o Fellowcraft era alguien que pertenecía al gremio de los masones, pero esta pertenencia excedía de lo meramente económico. De hecho, la vida del Fellowcraft giraba en todos sus aspectos en torno al gremio.

No obstante, al inglés del Siglo X le faltaba mucho para llegar a ser algo que se pareciese mínimamente al inglés de hoy en día.

Las representaciones que se hacen tradicionalmente de la Batalla de Hasting suelen presentar a la caballería cargando contra la infantería, dado que fueron las sucesivas cargas de la caballería normanda las que decidieron la batalla.


LOS NORMANDOS

La batalla de Hastings en 1066 es seguramente el mayor punto de inflexión de la historia inglesa, porque es la fecha en los franceses normandos se hacen con el poder en Inglaterra. El contacto del inglés con el francés normando supuso una auténtica revolución (por no decir cataclismo) para el lenguaje de los ingleses. A partir de 1066 la clase alta de Inglaterra, de origen francés, hablaba una mezcla anglonormanda, mientras que la clase baja hablaba inglés medio, y a efectos administrativos, una especie de anglolatín. El resultado de todo esto es que, actualmente, el 60% del vocabulario inglés es de origen etimológico francés o latino. Palabras que parecen tan genuinamente inglesas como school, crow, table o joy son en realidad escole, corveau, table y joi. Aparte del ejemplo típico de los animales de granja, que por ser criados por anglosajones pero comidos por la clase alta normanda tienen hoy día un nombre anglosajón mientras están siendo criados, pero francés cuando se sirven en la mesa: swine/pork (porc, cerdo), calf/veal (veau, ternera) cow/beef (boeuf, vaca-buey), sheep/mutton (muton, oveja), etc. A título de curiosidad, y dentro de lo que son estas simplificaciones, en la Península Ibérica, donde el latín hubo de coexistir en condiciones de inferioridad económica y social frente a otro universo cultural de primera magnitud como el árabe durante 800 años, tras la Reconquista el 25% del vocabulario castellano era de origen árabe, mientras la gramática había salido totalmente intacta. Teniendo en cuenta la clase de gigante cultural que había entrado en España y el tiempo transcurrido, puede decirse que el latín hispanorromano había aguantado relativamente bien.

Texto inglés medieval.
El inglés medio era un idioma con declinaciones. Las declinaciones han desaparecido en inglés moderno, pero hay una palabra que data de esta época (y necesariamente de antes), y que ha quedado consagrada con sus declinaciones por la Biblia King James: se trata de la segunda persona del singular: þou, þee, þy, þyn. Actualmente es el Thou (Tú, sujeto), Thee (Tú, objeto), Thy (tu, posesivo), Thine (tuyo), que es la forma que el ritual masónico siempre utiliza para referirse a Dios. Esto, no obstante, es extensivo a todo el campo religioso de habla inglesa, no es una peculiaridad masónica.


Sin embargo, hay dos palabras localizadas en el ritual masónico que sí son propiamente medievales, y nos dejan ver que esas frases existían ya entre los masones operativos de la Edad Media. Estas dos palabras son hēle y wiþ.

La palabra hēle significa cubrir y aparece en la Obligación de Primer Grado. En los manuscritos escoceses aparece como hale, pero en el Ritual de Emulación aparece incompleta con una nota que dice "pronúnciese hail". Aparece en la frase "... que siempre cubriré y nunca revelaré...". Esta frase es, con toda probabilidad, de origen operativo.

La segunda palabra es más complicada, porque pese a ser medieval su significado es simbólico, no operativo. Se trata de wiþ (with) y hoy en día aparece en la frase "With the Center", que en el ritual en español aparece traducida como "Con el Centro". La palabra with con significado de localización espacial es algo medieval, y además implicaba movimiento, en el sentido "estar dirigiéndose a algo". Seguramente la frase original sería wiþ þē̆ centre, y su significado sería"Dirigiéndome al Centro", dentro del contexto "mientras el Maestro Masón esté dirigiéndose hacia el Centro, no puede errar".  Con toda probabilidad, ambas frases son de origen escocés, no inglés.



Prólogo de Los Cuentos de Canterbury (circa 1400).



LA BIBLIA KING JAMES

Dentro de la evolución de la lengua inglesa nos encontramos con un hito que nos interesa especialmente desde el punto de vista masónico, y es la publicación, en 1611, de la Biblia King James (Biblia del Rey Jacobo), que en Estados Unidos se sigue denominando King James Bible, y Authorised Bible (Biblia Autorizada) en el Reino Unido. Para españoles, franceses o italianos, la traducción de la Biblia a las lenguas vernáculas es un hecho históricamente interesante, pero con una repercusión cultural relativamente reducida, dado que detrás está la Vulgata latina. Sin embargo, la Biblia King James supuso una especie de texto fundacional del protestantismo inglés, proyectando una influencia cultural masiva a todos los niveles. El protestantismo había impuesto la lectura de la Biblia, y en un tiempo en que las libros impresos escaseaban, todo el que había aprendido a leer lo había hecho leyendo la Biblia. Este era el texto que conocían prácticamente de memoria los autores de los rituales masónicos ingleses, el cual habían leído desde niños, y a partir del cual articulaban los rituales.

El inglés de la Biblia King James era el denominado inglés moderno temprano, y cualquiera que sepa hablar mínimamente inglés lo reconoce por lo particular que resulta:

Who hast kept with thy servant David my father that thou promisedst him: thou spakest also with thy mouth, and hast fulfilled it with thine hand, as it is this day.

Moreover concerning a stranger, that is not of thy people Israel, but cometh out of a far country for thy name's sake.

 Lectura del comienzo del Génesis en inglés moderno temprano.



Los creadores de la Masonería, que en general pertenecían a las distintas denominaciones evangélicas, plasmaron su contenido en lenguaje bíblico. Extrajeron leyendas, o las reconstruyeron a partir del lenguaje bíblico, con el cual estaban sumamente familiarizados. A los que nos hemos criado en un contexto católico nos cuesta mucho asimilar la envergadura de este fenómeno cultural, pues la lectura de la Biblia es una característica esencialmente protestante, ligada a la libre interpretación de la misma, mientras que en las naciones católicas la Iglesia tuvo mucho cuidado de no fomentar esta práctica. Anderson era presbiteriano; Désaguliers hugonote. Cuando los primeros Modernos dieron forma judeocristiana al mito de Osiris, creando así el mito de Hiram Abiff, no les hizo falta ponerse a buscar en la Biblia un modelo que pudiera servirles. Sencillamente se conocían los libros de Crónicas I y II casi de memoria, pues habían estado leyendo la Biblia desde niños. Seguramente Albert Pike no habría sido tan buen ritualista de no haber sido educado en la tradición presbiteriana por su madre, con la cual leía a diario la Biblia durante su infancia.


Aunque nos pueda parecer algo velado por el misterio, el que los Modernos tomasen como base para su Arco Real el Libro de Esdras y el Libro de Nehemías es algo que resulta obvio para cualquier persona mínimamente versada en la Biblia, pues bajo la forma del relato del Segundo Templo aparece velado un compendio de los elementos de la Regeneración humana. De hecho, si bien el mito de Hiram Abiff hubo de ser remodelado por completo para ajustarlo a lo que hoy escenificamos en el Tercer Grado, el relato de la construcción del Segundo Templo que se emplea en el Arco Real y en el Grado de Maestro Escocés del Rito Escocés Rectificado es literalmente el mismo que aparece en Esdras y Nehemías. Y los distintos experimentos con las leyendas de Noé, Oholiab e Hiram Abiff para plasmar la muerte simbólica, vistos desde un prisma protestante, resultan mucho más naturales y obvios. El principal problema con que se encuentra el Masón criado en un contexto católico para entender la dinámica de la Masonería es su nulo conocimiento de la exégesis bíblica.


Castillo de Eilean Donan, Escocia.



ESCOCIA

No obstante, la Biblia King James adquiere importancia en la medida en que es Londres, y no York o Escocia, el motor de la Masonería, pues cuando vemos documentos escritos en el norte de Gran Bretaña, el inglés mantiene todavía una apariencia medieval:

I came ffrom a right worshipfull Lodge of Masters and ffellows belonging to God and holy saint John who doth greet all true and perfect brothers of our holy secrets so do I you if I finde you to be one.
Vengo de una Respetable Logia de Maestros y Compañeros de Dios y del Santo San Juan, los cuales saludan a todos los Hermanos perfectos y verdaderos de nuestros santos secretos, y así lo haré yo también si averiguo que eres uno de ellos.
(...) so one said here is yet marrow in this bone and the second said but a dry bone and the third said it stinketh so they agreed for to give it a name as is known to free masonry to this day so went to their undertakings and afterwards works stood : yet it is to be beleiven and all so understood that the vertue did not proceed from what they ffound or how it was called but fform ffaith and prayer.
(...) Y dijo uno "Queda tuétano en este hueso", y el segundo dijo "No es más que un hueso seco", y el tercero dijo "Hiede", y acordaron darle un nombre que es conocido por la Masonería hasta el día de hoy, y se ocuparon de sus asuntos y en lo sucesivo sus obras fueron buenas. Pero hay que creer, y así lo entienden todos, que la virtud no procedía de lo que encontraron, sino de la fe y la oración. 
Manuscrito Graham (1736)

En el contexto ágrafo escocés, y con una idioma cuya escritura no estaba plenamente fijada, no es raro encontrarse que las palabras que en inglés de Inglaterra se escriben de una determinada forma, en inglés escocés se escriben de manera distinta. En la documentación escocesa puede encontrarse "Prenteses" por "Apprentices", "Stuart" por "Steward", "Baballonians" por "Babilonians" y variaciones semejantes, que no dejan de ser accidentales. Sin embargo hay un término que no existe en la Masonería inglesa, pero que sí sigue manteniéndose vivo en la Masonería escocesa del Siglo XXI, y que los escoceses jacobitas implantaron en sus ritos continentales: Thrice, o Tres Veces.

Tiara papal con tres coronas.
En inglés moderno, una vez se dice once, dos veces se dice twice, pero tres veces ya se dice three times. Sin embargo, antiguamente tres veces se decía thrice, y cuatro veces era frice, aunque estas palabras han caído en desuso. No obstante pasó al francés como Trois Fois, Tres Veces, y se ha mantenido en los ritos franceses, de los que hoy el más conocido es el Rito Escocés Antiguo y Aceptado. Estas tres veces seguramente sean una influencia del catolicismo y de las tres coronas de la tiara papal, que representan el poder sobre el estado pontificio, la supremacía del Papa sobre el poder temporal, y su autoridad divina. Con variaciones sobre el contenido, esas Tres Veces con toda probabilidad hacen referencia a las distintas esferas de poder que se atribuyen al Poderoso Maestro.

A título de curiosidad, mencionar que los jacobitas introdujeron en Francia un Grado denominado "Cuatro Veces Respetable Maestro de San Andrés de Escocia". Sería un debate interesante especular con cuál sería esa cuarta esfera de poder que atribuían a este Grado.



LOS RITUALES CREADOS EN INGLATERRA

Los protestantes ingleses tenían ya un texto indiscutible de referencia para la lectura religiosa, y además Inglaterra comenzaría poco a poco a expandirse en lo que posteriormente sería el Imperio Británico. Pero esto no era óbice para que la sociedad anglófona siguiese con su particular complejo de inferioridad linguístico con respecto al latín, que seguía siendo la referencia cultural europea. Entre otras cosas, esto se tradujo en la introducción de un hábito que resultaba bastante anti-inglés: todas las lenguas de origen germánico tienen verbos construidos con preposiciones. En alemán se habla de verbos separables e inseparables, y esto en inglés se traduce en algo tan cotidiano como los phrasal verbs. Ahora bien, el empleo de phrasal verbs implica que muchas frases terminen con una preposición al final, y eso en latín no pasaba. Los phrasal verbs podían emplearse a nivel oral, pero no dejaba de ser un recurso un tanto plebeyo, porque el latín no permitía terminar una frase con una preposición, de modo que la clase culta inglesa se abstuvo de emplear por escrito cualquier estructura gramatical que obligase a concluir la frase con una preposición, y latinizó su lenguaje. 

Es justamente en este momento cuando se redactan los rituales masónicos ingleses, por exégetas que tenían en mente los abigarrados textos de la Biblia King James, y que escribían en un inglés ya prácticamente contemporáneo, pero con mucho cuidado del modo en que empleaban las preposiciones. El Ritual de Emulación es el perfecto ejemplo de este inglés moderno en su versión masónica: 300 páginas de texto sin que una sola frase termine con preposición.

En cuanto a las citas bíblicas, si estas eran largas, se optó por adaptar el texto de la Biblia King James a inglés moderno (manteniendo siempre el tratamiento Thou, Thee, Thy, Thine para Dios), pero si el texto era breve, como sucede en algunas órdenes colaterales, se ha mantenido el texto original en inglés moderno temprano.

COMPARATIVA: EL RITO DE EMULACIÓN Y EL RITO ESCOCÉS RECTIFICADO




Efectuar una comparación entre el Rito de Emulación y el Rito Escocés Rectificado tiene la dificultad, o ventaja, añadida de que ambos ritos son de un origen totalmente distinto. Por ello hay que tener cuidado con diferenciar lo que son diferencias en la esencia del rito de lo que son sus diferencias meramente externas. Emulación y RER responden a dos formulaciones simbólicas sumamente distintas, de modo que deberemos hacer un pequeño esfuerzo para poder ver lo realmente semejante y lo realmente distinto a través de las diferencias ceremoniales.

Para comenzar, es preciso decir que quien desee adentrarse en el universo del RER dispone de suficiente material didáctico para hacerlo en profundidad. Me permito recomendar los siguientes textos y blogs (al clicar en cada imagen se abrirá el correspondiente enlace. La revista Cultura Masónica puede leerse en línea):


http://eduardocallaey.blogspot.com.es/


http://www.masoneriacristiana.net/







El Rito Escocés Rectificado es el único de los ritos creados en el continente al que la Constitución Inglesa reconoce como un rito de auténtica naturaleza iniciática, y ello se traduce en los peculiares privilegios que los miembros del RER tienen a la hora de acceder a sus Grados Caballerescos. Digo "el único" porque, a pesar de que el Rito Escocés Antiguo y Aceptado es practicado por los anglosajones, se considera un Grado colateral, que no exime de la necesidad de ser exaltado al Arco Real, mientras que los Grados del Rito Escocés Rectificado forman un sistema perfectamente autónomo y cerrado per se.


El texto de Wikipedia referente al RER resulta bastante didáctico, y reza lo siguiente:

El Rito Escocés Rectificado es un rito masónico exclusivamente cristiano y más precisamente trinitario.Fue gestado en Francia entre 1774 y 1782, por dos grupos de masones de Lyon y Estrasburgo, entre los cuales podemos citar a Jean y Bernard de Turkheim y Rodolphe Saltzmann (Estrasburgo), y sobre todo por Jean-Baptiste Willermoz (Lyon 1730-1824), quien fue su alma pensante. La arquitectura del Régimen fue su obra, y a él se debe la forma de la doctrina que este Rito comporta. Desde el punto de vista formal, el Régimen Escocés Rectificado tiene tres orígenes; desde el punto de vista espiritual, tiene dos fuentes o inspiraciones.
Orígenes formales. En cuanto a la estructura y simbolismo tanto masónico como caballeresco, los tres orígenes del Régimen son:

1. La Masonería francesa de la época, con su proliferación de los grados más diversos (Willermoz los conocía todos y practicó muchos de ellos) y que una vez depurada, sería estructurada hacia 1786-1787 en un sistema que llevaría más tarde el nombre de Rito Francés, con sus tres grados y cuatro órdenes; sin olvidar los diversos grados cuya combinación constituye lo que se ha venido a llamar el "escocismo".


Willermoz
2. El Sistema propio de Martínez de Pasqually, personaje enigmático aunque inspirado, al que tanto Willermoz, como Louis Claude de Saint-Martin, reconocieron siempre como a su maestro. Este sistema fue denominado "la Orden de los Caballeros Masones Elegidos Coens del Universo".

3. La Estricta Observancia Templaria, también dicha "Masonería rectificada" o "Reformada de Dresde", sistema alemán en que el aspecto caballeresco primaba absolutamente sobre el aspecto masónico, y que pretendía ser, no ya la heredera, sino además restaurar la antigua Orden del Temple abolida en 1312.

Orígenes espirituales. Las dos fuentes espirituales son:
 
· La doctrina esotérica de Martínez de Pasqually cuyo contenido esencial versa sobre el origen primero, la condición actual y el destino último del hombre y del universo.

· La tradición cristiana indivisible, nutrida por las enseñanzas de los Padres de la Iglesia.

Desde el punto de vista del Régimen Escocés Rectificado, estas dos doctrinas, no sólo no se contradicen, sino que se corroboran mutuamente.


Un comentario acerca del vídeo de Jean François Var






Antes de comenzar con la comparación de los dos ritos creo conveniente hacer dos matizaciones. Una cosa que me sorprendió mucho al subtitular en castellano la explicación de Jean François Var acerca del RER (por lo demás excelente), fueron dos afirmaciones suyas que me parecen profundamente equivocadas. La primera es que presentaba a la Masonería inglesa como si únicamente fuese una escuela moral exenta de voluntad iniciática. La segunda es que presenta el hecho de que el RER incluya el destino del hombre y su reintegración al estado primigenio como una particularidad de este rito. Saco esto a colación porque creo que pueden ser dos ideas comunes a muchos Hermanos que practiquen el RER y que pueden creer sinceramente que la doctrina de la Reintegración es específica de su rito.

La Caída del Hombre y su reintegración al estado original, independientemente del nombre o símbolos bajo los que se presente, es necesariamente el núcleo común de cualquier doctrina iniciática, ya sea Masonería Antigua, Sufismo, Misterios Eleusinos, o cualquier otro sistema iniciático que haya existido a lo largo de la historia. La Iniciación existe porque se perdió aquel estado primigenio, y basta ver la propia estructura y contenido de los Grados de la Masonería para percatarse esto, tal y como veremos en esta comparación. Si bien es cierto que los ritos basados Modernos, basados en tres Grados únicamente, carecen de sentido iniciático, no es tal el caso del Rito de Emulación, creado según contenido tradicional y con esa corona necesaria que es el Arco Real.


Vamos a proceder a comparar los Grados de uno y otro rito.



EL PRIMER GRADO


Hay algo de engañoso en el hecho de pretender comparar directamente los Grados de Emulación y el RER porque, como hemos dicho al principio, se trata de ritos de un origen tan distinto que las diferencias de forma son muy notables. Tanto en un modelo como en otro el Primer Grado tiene el carácter común de promover en el recipiendario la necesidad de practicar las virtudes morales y pulir su piedra (de momento en las partes más exteriores) mientras en el Segundo Grado acometerá el trabajo propiamente espiritual).

Aunque el Rito Escocés Rectificado es de vocación totalmente iniciática y tradicional, sus diseñadores lo hicieron tomado los elementos rituales que existían en Francia en la segunda mitad del Siglo XVIII, lo que lo convierte formalmente en un rito Moderno. Por ello la mayor parte de las diferencias que percibimos entre Emulación y RER en los dos primeros Grados son las diferencias habituales que existen entre cualquier ritual Antiguo (actualmente sinónimo de anglosajón) y cualquier ritual Moderno (actualmente sinónimo de continental). La Cámara de Reflexión (que en Emulación aparece de forma vestigial en el ritual como la habitación conveniente, anexa a la Logia), las preguntas y respuestas por escrito (que son un hábito Moderno, de clase alta, que da por sentado que todos los Hermanos saben leer y escribir, cosa que no sucedía entre los menesterosos Antiguos), la ausencia de Diáconos (el RER se construye sobre el chasis del Rito Francés, que como todos los ritos Modernos rechazaba los Diáconos), el simbolismo nítido (fuego, agua, tierra) de los viajes en RER, que no se pone de manifiesto en Emulación, etc. Podríamos seguir citando todas las diferencias habituales entre rituales Antiguos y Modernos pero, como digo, ni las características Antiguas son patrimonio exclusivo de Emulación, ni las características Modernas lo son del Rectificado.

Hay un detalle del Primer Grado al que los miembros del RER dan una gran importancia, pero cuya trascendencia se aprecia, no al comparar el RER con Emulación, sino con el Rito Francés, del que procede. Se trata de la palabra del Grado de Aprendiz, que en RF es Tubalcaín, pero por adoptar una palabra más acorde al Grado, en RER se cambió por Faleg (puede encontrarse una explicación detallada al respecto en el artículo del R.H. Ramón Martí, en el número de Cultura Masónica mostrado anteriormente). Esto no es susceptible de compararse con Emulación porque, si bien la palabra original de Aprendiz era Jakin, se cambió por Boaz para evitar que se colasen intrusos tras la publicación de Masonry Dissected, y así pasaron a Emulación y las hemos mantenido hasta hoy en día. Otra particularidad que el RER debe al RF es el que los Tableros de Trazo de Primer y Segundo Grado sean virtualmente idénticos.

Pero también sucede algo que supone más que un mero detalle simbólico: tanto en uno como otro rito se entregan al recién iniciado los Estatutos de la Logia y de la Obediencia. Esto en sí no es más que un trámite de índole administrativa. Pero en el RER se le entrega también un ejemplar de la Regla Masónica Rectificada, y la Regla no supone un hecho administrativo, sino existencial, que cambia la perspectiva desde la que debe contemplarse y entenderse la vivencia masónica. La existencia de la Regla es algo inédito dentro de la Masonería, que le imprime un carácter distintivo independientemente del Grado en que se halle el Masón; y seguramente la experiencia resulte más vívida debido a que el Cristianismo entra en juego. Si bien la Masonería no tiene capacidad para articular la perspectiva vital del ser humano, pues no es una religion y le faltan numerosos elementos de esta, su vivencia dentro de la fe cristiana sí puede dotarle de ese carácter añadido.


EL SEGUNDO GRADO

El Primer Grado versa sobre la purificación exterior y el desarrollo de un comportamiento virtuoso. Sin embargo, en cualquier sistema iniciático real, y dentro de la simplificación que implica el hecho de ritualizar una realidad inefable, el Segundo Grado gira en torno a la necesidad de purificación espiritual y el trabajo interior. O dicho en palabras de la gran iniciada española, Santa Teresa de Jesús, "hay un momento en que el alma debe volverse sobre sí mismo y buscar en su interior". Este trabajo de perfeccionamiento y purificación espiritual es el que debe quedar reflejado en el ritual de Segundo Grado.

Tablero de 2º Grado
del Rito de Emulación
El Segundo Grado ofrece una especial peculiaridad desde el punto de vista ritual. Estamos acostumbrados a decir que la Masonería constaba de dos Grados (Aprendiz y Compañero) y que posteriormente se añadió el Grado de Maestro. Esto en realidad es un  equívoco habitual, pues el Grado de Compañero, que hoy llamamos de Maestro, era en el que se representaba el Levantamiento del Maestro, que es la esencia del Tercer Grado. Lo que sucedió en realidad es que, conforme se desarrolló la ritualización de la Iniciación, resultó necesario dividir en dos partes el Primer Grado, dedicando una parte a la purificación de la conducta y otra a la purificación interior del alma. De este modo, el Grado de Compañero se desgajó del de Aprendiz. Para que nos hagamos una idea, cuando las cuatro Logias fundadoras de la Gran Logia de Londres y Wesmister se reunieron en El Ganso y la Parrilla, únicamente existían dos Grados: 1) Aprendiz, y 2) Compañero y Maestro; y en el caso irlandés, en la misma época, los Grados eran: 1) Entrado y Pasado, 2) Maestro Masón, y 3) Arco Real.


Esteve March, Josué deteniendo el Sol, Ca. 1655
En las Islas Británicas se comenzaron a emplear por separado dos leyendas bíblicas que finalmente han coexistido: la de Josué ordenando al sol que se detenga hasta derrotar a todos los enemigos del Señor, y la de Jefté combatiendo a los galaaditas. El momento en que Josué ordena al sol que se detenga es lo que conmemoramos en el Segundo Grado cuando levantamos el brazo izquierdo en el Signo Penal (es el llamado Signo de Perseverancia). Tanto uno como otro conflicto tienen un denominador común: la lucha contra los falsos dioses del paganismo, a quien los hebreos consideraban como fuente de todo mal.

Sin embargo, estas leyendas no se implantaron en suelo francés. Tanto el Rito Francés como el Rito Escocés Antiguo y Aceptado las ignoran, con la única excepción de que el REAA sí incluye el Signo de Perseverancia. Y la ceremonia de Segundo Grado consiste en la realización de los Cinco Viajes. Los que hayáis realizado esta ceremonia en REAA o RF recordaréis su temática (cinco sentidos, cinco gobernantes, cinco artes liberales, etc.), cuyo origen se halla en las lecturas prestonianas. Sin embargo, se trata de una temática sin contenido iniciático real (seguramente es por ello por lo que todos los que hemos pasado por esa ceremonia, al terminar la misma, no entendíamos qué habíamos protagonizado).


Cuando Willermoz hubo de plantearse el Segundo Grado del RER empleó lo que era habitual en Francia en aquella época, de modo que construyó la escenografía del Grado en base a la serie de viajes. Pero en este caso cambió su temática para centrarla en el trabajo espiritual interior, de modo que durante los viajes se renuncia a la
plata; a continuación se desprecia la impureza del orgullo que se mezcla con las virtudes, representado por la aleación del bronce; y finalmente se muestra el peligro de abandonar el duro hierro al efecto de la herrumbre, representando así el riesgo de no cuidar el propio espíritu. En todos los casos el recipiendario debe rechazar estos metales arrojándolos al suelo, y de este modo la ceremonia adquiere un sentido de purificación espiritual, que es la razón de ser de este Grado. No en vano Tubalcaín fue el primer artífice de los metales, y su nombre significa "posesiones terrenales". Únicamente cuando se ha renunciado a estos metales puede accederse al Tercer Grado.



EL TERCER GRADO







El desarrollo del Tercer Grado es el más estandarizado de los Grados Masonicos, y por ello es también el que guarda mayores semejanzas entre el Rito de Emulación y el Rito Escocés Rectificado. Cualquier que lo conozca en Emulación o REAA podrá seguirlo perfectamente en RER.

La ceremonia comienza de manera más o menos semejante a Emulación, con una serie de viajes que recopilan lo aprendido en los Grados anteriores. Pero mientras que en Emulación el aprendizaje se demuestra diciendo el Candidato las Palabras de Paso y de Grado de los Grados anteriores, en RER se van introduciendo unas máximas que deberán hacer reflexionar al Candidato ("Aquel que viaja por una tierra extraña nunca está tan cerca de extraviarse como cuando prescinde de su guía, creyéndose conocedor del camino", "Feliz aquel que, habiéndose estudiado a sí mismo en profundidad", etc.).


En el Tercer Grado del Rito Escocés Rectificado encontramos d
os de los momentos más lúcidos, no ya del Rito Escocés Rectificado, sino de toda la Masonería, pues consiguen definir de manera impecable qué es la Iniciación. Estos momentos son el instante en que se recibe como Maestro Masón al Candidato, y la Circulación de las Letras del Sagrado Nombre.

Los grandes esoteristas que participaron en la creación de RER tenían perfectamente claro en qué consistía la Iniciación, y cuál era la naturaleza del Tercer Grado, que es lo que actualmente denominamos un desdoblamiento astral, liberándose así el Centro del primero de los cuerpos que le lastran y lo tienen apegado a este mundo. Por ello hicieron coincidir la constitución del Maestro Masón con el instante en que se experimenta ese desdoblamiento, representado por la muerte simbólica:

V∴M∴ En el nombre de la Orden (le da un golpe de mallete sobre el hombro derecho), con el consentimiento de esta Respetable Asamblea (le da un segundo golpe de mallete sobre el hombro izquierdo), y por el poder que de ellas he recibido, os recibo Maestro Francmasón.

Pronunciando estas últimas palabras, le da un tercer golpe de mallete en la frente. Los tres golpes de mallete forman un triángulo sobre la parte superior del cuerpo del candidato. Inmediatamente y a continuación del tercer golpe, los dos Vigilantes, colocando cada uno, uno de sus pies tras los talones del candidato, le hacen caer hacia atrás empujando con una mano sobre su pecho y sosteniéndole con la otra por la espalda.

El siguiente momento es el que hace referencia a los Secretos del Maestro Masón. En Emulación (y en Rito Escocés Antiguo y Aceptado) se hace referencia a estos Secretos en el Cierre:

V.M.— Hno. Segundo Vigilante, ¿de dónde venís?
S. V. — De Occidente, a donde fuimos en búsqueda de los genuinos Secretos del Maestro Masón.
V.M.— Hno. Primer Vigilante, ¿los habéis encontrado?
P. V. — No, Venerable Maestro, pero traemos ciertos Secretos sustitutivos que deseamos someter a vuestra aprobación.

De esta forma, al dejar pendiente el hallazgo de los Secretos del Maestro Masón se está imponiendo la necesidad de un Arco Real o Maestro Escocés donde sí se encuentren. El RER, no obstante, lo plantea de otra manera.


El RER parte del molde configurado por el Rito Francés, rito Moderno por excelencia que no incluye las anteriores palabras de engarce con el Arco Real. Suponemos que si el REAA las incluyó, igual podía hacer sucedido en el Rectificado. Sin embargo se optó por una solución notablemente más ambiciosa: en el RER se llevaría a cabo el Reconocimiento de los Maestro Masones por medio de la circulación de dos de las letras del Nombre Inefable:


La lámina de oro triangular con dos letras
del Nombre Inefable que aparece en el Grado
de Maestro en el RER anuncia la lámina de oro
 triangular que se descubre en los Grados
de Maestro Escocés y Arco Real.
...y forman los nueve juntos una cadena alrededor del féretro, cogiéndose por las manos, con los brazos cruzados.
En este estado, el Venerable Maestro hace circular las dos letras indicativas de la antigua palabra de Maestro, que están trazadas sobre la lámina de oro triangular.
Las da, separadas, al oído del Maestro que está a su derecha, de manera que le vuelvan a continuación por su izquierda. Después de esto, el Venerable Maestro dice:
V.M. - Hermanos míos, conservemos cuidadosamente el recuerdo de estas dos letras. Puede que un día nos ayuden a encontrar la Palabra Perdida.

Una reunión de Maestros no tiene lugar en el plano físico, sino -por definición, pues si no no serían Maestros- en el plano astral, y muy probablemente esta es la idea que tenían los artífices del ritual en el momento de crear esta escena. El hecho de transmitir entre ellos dos letras de la antigua palabra de Maestro no puede referirse a una práctica oral, sino a una convocatoria a la que los Maestros se hayan visto llamados por encontrarse al alcance de su soga, tal y como reza el Ritual de Emulación, pues el conocimiento de la Palabra Sagrada no puede adquirirse en la condición meramente terrenal. Esta situación no responde al desconocimiento de los Secretos que plantean Emulación y REAA, sino a un conocimiento imperfecto, aunque ya correspondiente a otra esfera. Por ello no se plantea el uso de unos secretos sustitutivos y la Logia baja a Segundo Grado sin más dilación.


Otra peculiaridad del Grado de Maestro en Rito Escocés Rectificado es la Palabra de Maestro misma: M.·.B.·. En la tradición yorquina se empleaba M.·., mientras que en la tradición Moderna era M.·.B.·. Tanto en uno como en otro caso eran derivaciones fonéticas de los términos empleados en el antiguo ritual noaquita: marrow in the bone, tuétano en el hueso. Con la Unión de 1813 se comenzaron a usar en Emulación (y posteriormente en REAA) las dos palabras juntas (M.·.M.·.B.·.), pero tanto en Rito Francés como en RER se sigue empleado M.·.B.·., las dos palabras correspondientes a los Modernos.



EL ARCO REAL
Y EL 
MAESTRO ESCOCÉS
DE SAN ANDRÉS




La vistosidad de los primeros Grados del RER, y el minimalismo de los primeros Grados de Emulación, parecen invertirse cuando se entra en los Grados que versan sobre las enseñanzas del Segundo Templo, que en los Grados de origen Moderno giran en torno al Libro de Esdras. Tanto el Grado de Maestro Escocés de San Andrés como el Arco Real desarrollan el Libro de Esdras, pero de maneras sumamente distintas, pues mientras el Arco Real representan los acontecimientos narrados por Esdras de una forma casi cinematográfica, en el Grado de Maestro Escocés se narran de una forma tímida, que exige un cierto trabajo extra de comprensión si la compararmos con el modelo inglés.

En el RER se considera al Grado de Maestro Escocés como el último de los Grados propiamente masónicos, aunque se confiere en una Logia de San Andrés. En esto sigue el modelo Moderno; a diferencia del sistema Antiguo, que considera el Arco Real como el 7º Grado, el sistema Moderno plantea el Arco Real como la compleción del Grado de Maestro, y y esta perspectiva se extiende también al Maestro Escocés.


El Libro de Esdras (que hoy en día se nos presenta dividido en Libro de Esdras y Libro de Nehemías) ofrece una representación simbólica de los procesos de Regeneración humana basado en los cuatro elementos o cuatro potencias básicas del ser humano. Se puede describir a cualquier alma evaluando su majestad (fuego), su inteligencia (aire), su voluntad (tierra) y su perfidia (agua). El iniciado que escribió este libro presenta la secuencia en que estos elementos van actuando en el ser humano en un relato en el que la fuerza motriz es siempre Dios (representado por el soberano: Ciro, Darío, etc.), y van entrando sucesivamente en juego la parte regia del ser humano (o Zorobabel, que significa "príncipe del pueblo"), posteriormente Esdras (que es un personaje ficticio, pues Esdras, Ezra, Azurías, etc. es en realidad Osiris), el cual se presenta como legislador (un hábito copto: los egipcios creían que sus leyes provenían de Osiris) y es el que dicta qué normas debe seguir el hombre en su Regeneración (la autoimposición de estas normas viene plasmada por la lucha legal de Esdras por impedir que los hijos de los hebreos se casen con las hijas de gentiles y paganos). Finalmente entra en juego Nehemías, o la fuerza de voluntad para consolidar la purificación alcanzada (Nehemías se consagra a la construcción de las murallas de Jerusalén). Todo ello entre numerosos ataques y subterfugios por parte de los paganos (samaritanos), que intentarán a toda costa echar a perder la construcción del Segundo Templo. El Libro de Esdras condensa las enseñanzas fundamentales del Segundo Templo, y es el núcleo tanto del Arco Real como del Maestro Escocés, aunque, como decíamos, de manera más osada en el caso del Arco Real, el cual configura su Oficialidad y ritual plenamente en base al Libro de Esdras.

Agnus Dei, por Zurbarán.
El Grado de Maestro Escocés de San Andrés fue concebido como un solo Grado por sus creadores. Sin embargo, al asomarse a su ritual es evidente que contiene dos partes distintas, una veterotestamentaria, basada en el Libro de Esdras, y otra neotestamentaria, basada en el simbolismo joánico. Las enseñanzas del Grado están comprendidas en cuatro Discursos (dos basados en Esdras y unos basado en Hiram Abiff), y finalmente un cuarto Discurso de contenido plenamente cristiano. Esto ha provocado que, en el contexto anglosajón, este Grado se mantenga por lo común dividido en dos: Maestro Escocés, semejante al Arco Real, y Maestro Escocés de San Andrés, de impronta propiamente cristiana.

Para ver las semejanzas vamos a comparar pequeños fragmentos del ritual de uno y otro Grado.


Primer Discurso de la ceremonia de Maestro Escocés de San Andrés 


La destrucción del Primer Templo,
por Francesco Hayez (1867).
El primer Discurso de la ceremonia, y su texto homólogo en el Arco Real, hacen una metáfora de la Caída del Hombre, comparándola con el exilio del pueblo de Israel en Babilonia.

Nabucodonosor, Rey de Asiria, mientras creía no satisfacer más que su propia ambición y codicia, se convirtió en ministro secreto de la Justicia Divina, irritada contra una nación ingrata y pervertida. Dio orden a sus generales de asediar Jerusalén y su Templo. La ciudad fue tomada y saqueada; el Templo fue destruido. La Palabra Sagrada, que había sido hasta entonces toda la fuerza de la nación, se perdió. Los tesoros del Templo, que habían sido el objeto de deseo de Nabucodonosor, fueron llevados a Babilonia y profanados. El Rey, los Sacerdotes y el pueblo fueron cargados de cadenas y llevados cautivos a la nación del vencedor.

En el caso del Arco Real aparece dramatizado, de modo que el Morador Principal (en España denominado Sobrestante Principal) lo relata en primera persona:

¡Despreciaríamos descender de aquellos que huyeron de manera infame cuando la ciudad y el Sagrado Templo fueron cruelmente devastados, ni tampoco somos de aquellos que dejó atrás el general babilonio con el propósito de trabajar la tierra! (...) Muy Excelente, somos del linaje de David, y de la tribu principesca de Judá, quienes, por sus pecados y los de su pueblo, fueron puestos en cautividad junto con su Rey, Joaquín, por Nabucodonosor, Rey de Babilonia, durante un período de setenta años, tal y como predijo el profeta Jeremías.



Segundo Discurso de la ceremonia de Maestro Escocés de San Andrés 

Zorobabel reconstruye el Templo de...
Entre el Primer Discurso y el Segundo discurso ha tenido lugar el Juramento del Candidato, que en el Grado de Maestro Escocés supone el punto de inflexión entre la Caída y la Regeneración. El pueblo regresa a Israel para reconstruir el Templo destruido.

La Bondad Divina, que velaba sobre el pueblo de Israel, le había permitido conservar sus sacerdotes iluminados y los profetas, quienes instaron al pueblo a ser merecedores del fin de sus males gracias a un sincero arrepentimiento. La Bondad Divina adoptó una voluntad benigna para su porvenir y, tras setenta años de esclavitud, el pueblo recobró su libertad. Zorobabel, de la estirpe de los Príncipes de la nación, tuvo el valor de ponerse a la cabeza del pueblo para regresar a Jerusalén y reconstruir el Templo destruido por los asirios.

En el relato del Arco Real narra el Sobrestante Principal:

Nuestro período de cautiverio finalizó en el primer año del reinado de Ciro, Rey de Persia, cuando el Señor Todopoderoso tuvo a bien inspirar a tan noble príncipe para que emitiese la siguiente proclmación: "Así habló Ciro, Rey de los Persas: el Señor, Dios de los Cielos, me ha dado todos los pueblos de la tierra, y Él me ha encomendado que Le construya una casa en Jerusalén, que está en Judea. ¿Quién de entre los de su pueblo se encuentra aquí? Que el Señor, su Dios, sea con él, y le permita acudir a Jerusalén".


Tercer Discurso de la ceremonia de Maestro Escocés de San Andrés 

El Tercer Discurso trata numerosos temas acerca de la Orden, de la historia de Hiram Abiff y de otros aspectos simbólicos, pero en él hay un elemento crucial: el hallazgo de la Palabra Sagrada:

Por fin, el Templo ha sido reconstruido; la Palabra Sagrada ha sido encontrada y la Masonería ha tomado un nuevo brillo que no se perderá mientras los Masones no pierdan de vista los principios sobre los cuales la Masonería ha sido fundada.


En el Arco Real, la Palabra Perdida es encontrada al descender a la Bóveda:

Aproximándome con un respeto reverencial, levanté el velo y contemplé, sobre una placa de oro, lo que humildemente me pareció ser el Nombre Sagrado y Misterioso del Dios Altísimo. Cuidadosamente repuse el velo con todo respeto y reverencia, di entonces la señal acordada y fui izado de nuevo. Con la ayuda de mis Compañeros. cerré la abertura, y nos hemos apresurado a venir aquí para comunicar a Vuestras Excelencias el descubrimiento que hemos hecho y las circunstancias que nos condujeron a él.


...y hasta aquí llega el Arco Real y, en la tradición anglosajona, el Grado de Maestro Escocés. En la tradición continental, y en la anglosajona bajo el mismo nombre de Maestro Escocés de San Andrés, el Grado añade un Cuarto Discurso que se adentra en el simbolismo cristiano.



Cuarto Discurso de la ceremonia de Maestro Escocés de San Andrés

La tradición del Arco Real Moderno dice que el hecho que estimula a los Moradores (Sobrestantes en España) a adentrarse en la Cripta donde encuentran el Sagrado Nombre es la conciencia de haber encontrado parte de la Ley Sagrada promulgada por Moisés al pie del Monte Horeb. Este cuarto párrafo del Maestro Escocés de San Andrés lo que nos enseña es que la Ley Antigua ha sido sustituido por la Ley Nueva, y que el descubrimiento del Nombre Sagrado tiene lugar en una realidad teológica nueva y cristiana.

Mas aquí veis una fortificación de murallas, abierta por doce puertas, tal y como la nueva Jerusalén es descrita por San Juan Evangelista. En el centro de esta fortificación contempláis la colina de la nueva Sión, y sobre su cima el Cordero de Dios triunfante, con el estandarte de su omnipotencia, adquirida por su inmolación voluntaria y redentora. Este cuadro alegórico, cuya explicación es tan sencilla, significa para los Masones la Antigua Ley que ha cesado, dejando su lugar a la Nueva Ley entregada a los hombres por Cristo y sellada con su sangre, convirtiéndola en imborrable y universal. La cruz de San Andrés que contempláis en la parte inferior del cuadro representa igualmente el paso de la Masonería del Antiguo al Nuevo Testamento, confirmado por el Apóstol San Andrés, que siendo al principio discípulo de San Juan Bautista, nacido para predicar la Antigua Ley y preparar el camino de la Nueva, abandonó a su primer maestro para seguir a Jesucristo, certificando con su sangre su amor y fe en el verdadero Maestro.



San Andrés conducido a la Cruz del Martirio, por Carlo Maratta (1656)


EL MAESTRO ESCOCÉS DE SAN ANDRÉS, EL CABALLERO BENEFACTOR DE LA CIUDAD SANTA  Y  SU RELACIÓN CON EL TEMPLARISMO MASÓNICO


Dice Jean François Var en su libro Jean-Baptiste Willermoz, su obra que la instrucción de Escudero Novicio y C.B.C.S. no conlleva nada que no sea una ampliación de lo enseñado anteriormente. Esto es algo lógico, ya que, en términos puramente iniciáticos, no existe nada más allá de la Regeneración que se supone culminada con el hallazgo del Sagrado Nombre tanto en el Arco Real como en el Grado de Maestro Escocés de San Andrés.

Lo mismo exactamente sucede con el Templarismo masónico, el cual introduce el tema caballeresco en la Masonería, pero que doctrinalmente no puede ir más allá de ese non plus ultra que es el Arco Real. Por ello, aparte de hacer hincapié en las virtudes caballerescas, el Templarismo masónico se dedica a reelaborar y profundizar en temas ya tratados en el Arco Real. Esta fue la razón por la que, tras la Unión de 1813 entre Antiguos y Modernos, el Templarismo se vio relegado en Inglaterra durante más de treinta años, pues si bien los Modernos se habían visto obligados a pasar por el aro de los Antiguos, aún mantenían el control administrativo, y no fue hasta la muerte del Duque de Sussex, en 1844, cuando el Templarismo masónico pudo establecerse en Inglaterra.


Caballeros Masones Templarios
La similitud de contenidos entre el Arco Real y el Maestro Escocés de San Andrés conlleva, por pura lógica, cierto reconocimiento a través de los Grados de la Constitución inglesa. Los Capítulos de Maestro Escocés y Arco Real no se reconocen entre sí, ya sea por las diferencias de contenido (especialmente la referente a la introducción del simbolismo cristiano) o por el hecho, un poco surrealista, de que supondría tener a Hermanos declaradamente cristianos participando en un Sanedrín hebreo, que es la fórmula bajo la que se reúne un Capítulo del Arco Real. Sin embargo, en los Grados Caballerescos, que también son cristianos, si se establecen esas relaciones, que se plasman en dos párrafos de las Constituciones del Temple (o por hablar con propiedad, de las Órdenes Unidas Religiosas, Militares y Masónicas del Temple, San Juan de Jerusalén, Palestina, Rodas y Malta):

Art. 53.34 Ningún candidato se Armará como Caballero hasta que haya firmado el siguiente impreso:
Yo, ………………… siendo mayor de 21 años, Maestro Masón y Compañero de un Capítulo del Santo Arco Real de Jerusalén y/o Maestro Escocés de San Andrés, declaro solemne y sinceramente que profeso la doctrina de la Santa e Indivisible Trinidad, por lo que ruego ser admitido como Caballero de las Ordenes Unidas, Religiosa, Militar y Masónica, como de Caballero Templario (...)

Art. 53.16 Ningún visitante será admitido en una Preceptoría, salvo:
(...) Que ofrezca debido testimonio de que ha sido Armado en una Preceptoría regular y reconocida de las Ordenes Unidas Religiosas, Militares y Masónicas del Temple, de San Juan de Jerusalén, Palestina, Rodas y Malta, o bien de ser un Caballero Benefactor de la Ciudad Santa de un Priorato Rectificado reconocido.





No obstante, y a pesar de la semejanza de nivel en la pirámide de Grados, los C.B.C.S. tienen una importancia muy superior dentro de un Gran Priorato a la que pueden tener los Templarios en una Gran Logia. Esto se debe a que la Orden Rectificada tiene una estructura de gobierno aristocrática, siendo los C.B.C.S. sus gobernantes y su cabeza, mientras que, dentro de la estructura de Gran Logia, los Templarios no son sino un Grado colateral (y además, si se me permite decirlo, poco menos que prescindible, a pesar de todo su boato).



Masones de la GLE votando
al Gran Maestro en 2014.
Esto no supone que una Gran Logia regular sea democrática. Ninguna estructura que desee mantener unos valores espirituales nítidos puede permitirse serlo, pues el inferior conocimiento, así como la dinámica de una masa social cuyo grado de compromiso es naturalmente discutible, sometería al conjunto de las estructura a su desnaturalización y a constantes vaivenes que acabarían con ella.


El Gran Maestro de la Gran Logia
Unida de Inglaterra, con el collarín
y la joya de Primer Gran Principal
del Arco Real.
En el caso de la Gran Logia de Inglaterra (y lo mismo sucede con la Gran Logia de España), suceden dos cosas: en primer lugar, no todos tienen derecho a votar en la elección del Gran Maestro, sino únicamente los Maestros Instalados, es decir, aquellos que han jurado no alterar los presupuestos de la regularidad masónica. Y en segundo lugar sucede algo que la mayoría de los Hermanos suelen desconocer, y es que la elección del Gran Maestro implica al mismo tiempo la del Primer Gran Principal del Santo Arco Real. Es decir, si el nuevo Gran Maestro es Pasado Primer Principal de un Capítulo, se convierte automáticamente en Primer Gran Principal del Supremo Gran Capítulo. Este hecho, así como el que la joya del Arco Real sea la única de un Grado no simbólico que puede llevarse en Logia abierta, representa la unidad orgánica de la Masonería Simbólica y el Arco Real. En una Obediencia regular, el centro de gravedad está en su Arco Real; los requisitos de la regularidad tienen su razón de ser en este Grado, y solo entendiendo correctamente el Arco Real se entiende la regularidad masónica.