La Sinagoga del Kotel. ¿Existe la bóveda del Arco Real desde 2019?

 

Arca de la Torá del la Sinagoga del Kotel, encuadrada idealmente en el axis mundi que marca la Cúpula de la Roca, que en su momento marcaron los Sancta Sanctorum del Templo de Salomón y el Segundo Templo, y que debería ser igualmente marcado por el doble cubo de la Bóveda del Arco Real con las iniciales de los tres Grandes Maestros. El texto del arca está extraído del Cantar de los Cantares; en su interior se hallan, obviamente, los rollos de la Torá. En la parte superior del arca están representadas las llamas de la zarza ardiendo en la que Jehová se presentó a Moisés.


En esta ocasión me vais a permitir que escriba este texto en primera persona, pues he tenido la fortuna de poder estar personalmente en el lugar del que os voy a hablar, del mismo modo que he tenido que padecer la decepción de ver cómo la guía no nos daba ninguna explicación acerca de este lugar delicioso.

Antes que nada, comentar a modo de introducción que, si bien actualmente decimos que a Hiram Abiff fue enterrado «tan cerca del Sanctum Sanctorum como la ley israelita permitía», en los rituales existentes hasta aproximadamente 1800 el insigne arquitecto sí era enterrado dentro del Sanctum Sanctorum. En Masonry Dissected (1730), Rituel Luquet (1745), Three Distinct Knocks (c.1760), Jachin and Boaz (1762), Hiram: or the Grand Master-Key to the Door of Both Antient & Modern Free Masonry (1764) y Recueil précieux de la Maçonnerie adonhiramite (1781) se afirma que la tumba definitiva estaba ubicada dentro del Sanctum Sanctorum, la parte más íntima del Templo del Rey Salomón, a la que no se podía acceder, salvo el Sumo Sacerdote y solo una vez al año, para expiar los pecados del pueblo.

El hecho de enterrar el cadáver de Hiram Abiff dentro del Sanctum Sanctorum es una auténtica aberración teológica, pero que se mantuvo durante el siglo XVIII porque los creadores del ritual, bajo una fraseología aparentemente bíblica, estaban empleando el Templo de Salomón como un templo pagano, y para relatar una experiencia mística pagana (un descensus ad inferos). A partir de 1800 el cadáver comenzó a enterrarse fuera por dos razones:

1) Para ajustarlo más a los usos hebreos y protestantes, los cuales impiden realizar enterramientos dentro de los templos (esta es la razón por la que en Inglaterra hay tantas tumbas en el patio-cementerio o churchyard de las iglesias).

2) Porque el Santo Arco Real era ya el grado supremo de la masonería, y de este modo se podía enterrar al Arquitecto en la bóveda del Arco Real, que esta situada en la vertical del Sanctum Sanctorum, pero bajo tierra, configurando de este modo el axis mundi.


Puede leerse más información al respecto en:



Recientemente he podido visitar Jerusalén, y aparte de visitar el Muro de las Lamentaciones en varias ocasiones, he realizado la visita guiada por los túneles subterráneos del muro. Esta visita dura el nada desdeñable tiempo de una hora y cuarenta y cinco minutos. En un momento dado pasamos fugazmente por una sala bellísima pero que la guía ignoró cuidadosamente: la Sinagoga del Kotel (el Kotel es el Muro de las Lamentaciones). Se trata de una lujosa sinagoga, con el suelo de ónice, que tardó en construirse diez años y fue consagrada en Janucá de 2019. Aquí tenéis algunas fotografías de la misma:









Como decía, la guía obvió cuidadosamente la sinagoga, y nos llevó a una sala contigua donde podíamos ver y tocar la Gran Piedra, el enorme sillar de más de 500 toneladas que forma parte de los cimientos del muro occidental. No dudo que tenga su mérito, especialmente en la época herodiana, cortar y desplazar tan enorme sillar. Pero la verdad es que la Gran Piedra no dejaba de parecerme algo perfectamente prescindible comparado con la sinagoga. Y encima la guía se explayó durante casi quince minutos hablando sobre la augusta piedra. La decepción fue superior a mí y me desconecté mentalmente de las explicaciones de la guía.

Aunque no esperaba ver la sinagoga ni el arca de la Torá, en cuanto pasamos por allí sí reconocí el lugar (lo había visto en un documental), por lo que fui rápidamente al arca y pedí a un empleado que se hallaba por allí que me tomase una fotografía con mi viejo móvil.


Esta es la Gran Piedra que se supone que es más interesante que la sinagoga del Kotel. Supongo que las autoridades de la Fundación Delek de Ciencia, Educación y Cultura, que es la que ha construido la sinagoga, no quiere que esta sea profanada en mayor o menor medida por los grupos de turistas.

La idea original era construir la sinagoga debajo de la Cúpula de la Roca, haciendo coincidir el arca de la Torá con la vertical de la propia cúpula, que es el lugar donde se hallaba el Sanctum Sanctorum del Templo de Salomón y del Segundo Templo (al menos idealmente), y donde debería estar la bóveda del Arco Real. Es decir, el arca de la Torá debía marcar al axis mundi por excelencia, que es el de Jerusalén.



Evidentemente el simbolismo y el mobiliario de la Sinagoga del Kotel es distinto al del Santo Arco Real. Pero también es cierto que pretende estar situada justo donde debería estar la bóveda del Arco Real, y por la misma razón: porque al estar bajo el Sanctum Sanctorum participa del axis mundi.

Y digo pretende porque no ha sido posible ubicar esta bóveda justo donde se deseaba, que es debajo del Sanctum Sanctorum. La razón es muy sencilla: no se puede perforar el muro sin poner en grave riesgo su estructura. Pienso además que no solo el muro, sino también la plataforma del Templo, está sostenida por unos espesos cimientos, con excepción de la parte noroeste. Por ello la sinagoga está ubicada «todo lo cerca del Sanctum Sanctorum» que es posible. Es decir, pegada al muro, pero a la altura del Sanctum Sanctorum.

Y bueno, obviamente la identificación de esta bóveda con la del Arco Real es una identificación imperfecta. No está el doble cubo con las iniciales de los tres Grandes Maestros, ni tampoco se descubre el Santo Nombre, ni tantos otros detalles. Pero sí que ambas cámaras comparten la ubicación geográfica, y también está la Ley Sagrada, que al fin y al cabo es lo que hace que los Moradores tomen conciencia de que es en ese lugar, y no en otro, donde podrán encontrar los secretos del Santo Arco Real...
Entonces hice una señal con mi mano derecha y mis Compañeros me alzaron, llevando conmigo el rollo de pergamino. Al volver a la luz del día, por las primeras palabras que había escritas en él nos dimos cuenta de que se trataba de parte de la Ley Sagrada perdida hacía tiempo y promulgada por Moisés a los pies del monte Horeb, en el desierto del Sinaí.

En fin, las comparaciones pueden ser tan oportunas como insuficientes. Así que lo dejamos aquí; pero comparto con vosotros, no obstante, este vídeo sobre la Sinagoga del Kotel:







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